Por Rodrigo A. Rosales
En los últimos años, México intensificó el uso de bonos sostenibles, que son instrumentos de deuda, para financiar proyectos que generen beneficios ambientales, sociales o ambos.
Sin embargo, el uso de estos recursos plantea interrogantes sobre su efectividad para generar impactos estructurales y sostenibles en el tiempo, de acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Cabe destacar que los bonos sostenibles se integra por bonos verdes (actividades con impacto ambiental positivo); bonos azules (proyectos de pesca y acuacultura sostenibles), bonos sustentables (proyectos o actividades verdes y sociales); y bonos soberanos sustentables (alineados con los ODS).
El documento Bonos sostenibles en México, el CIEP refiere que entre 2015 y 2024, México emitió más de 678,000 millones de pesos en bonos sostenibles, monto del cual, 55.6% correspondió a bonos soberanos sostenibles que emite el gobierno federal y se integran al Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), recursos que se asignan a programas presupuestales específicos.
Los mayores volúmenes
El año con mayor volumen fue 2022, con 179,268 millones de pesos, seguido por el año 2024 con 175,593 millones. Destaca el gobierno federal, que ha emitido 377,171 millones en bonos soberanos sostenibles desde 2020.
Le sigue la Comisión Federal de Electricidad (CFE) con 106,848 millones de pesos y Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) con 77,863 millones. En 2022 se introdujo por primera vez un bono azul emitido por Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), cuyo monto ascendió a 11,667 millones.
Los bonos sostenibles son instrumentos de deuda emitidos por entidades públicas o privadas para financiar proyectos que generan beneficios ambientales, sociales o ambos.
A diferencia de los bonos tradicionales, que pueden utilizarse para cualquier fin general, estos instrumentos deben destinarse a usos específicos definidos desde la emisión y están sujetos a seguimiento, reporte y evaluación de su uso.
Limitantes
El CIEP señala que a pesar de que las leyes establecen la priorización del uso de deuda para inversión en infraestructura, programas como las Becas Benito Juárez y Sembrando Vida concentraron el 18.3 y 19.2% de bonos soberanos sostenibles en 2022 y 2023, respectivamente.
“Lo que podría limitar el impacto estructural de estos instrumentos y debilitar su justificación como mecanismos de financiamiento sostenible. Los bonos sostenibles ofrecen condiciones financieras favorables, con tasas de interés más bajas que la deuda tradicional. No obstante, para que cumplan su propósito, es crucial establecer reglas claras, mejorar la transparencia y garantizar que los recursos se destinen a proyectos con impactos económicos, sociales y ambientales sostenibles y verificables”, explica el CIEP.
Por lo tanto, es esencial reestructurar el diseño e implementación de los bonos sostenibles para garantizar su impacto a largo plazo. Estos instrumentos representan una oportunidad única para financiar el desarrollo sostenible, pero su éxito depende de un diseño responsable que priorice el beneficio estructural de la sociedad.
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