Por Rodrigo A. Rosales
Al cierre del primer semestre del año, el mercado laboral de México se encuentra en una disyuntiva: ¿se puede tener pleno empleo con elevados niveles de informalidad?
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del mes de junio de este año, la cual revela que, según datos desestacionalizados, la tasa de desocupación se ubicó en 2.63% de la población económicamente activa (PEA).
Con este resultado, además de ser menor respecto al mes previo, el desempleo en el país registró 32 meses consecutivos por debajo del umbral de 3%, que, en teoría económica, se interpreta como pleno empleo.

“Las cifras laborales publicadas no reflejan un deterioro del mercado laboral, a pesar del entorno de incertidumbre comercial observado en el primer semestre del año. Esto resulta relevante considerando que el IGAE no mostró variación en mayo (0.0% mensual), lo que apunta a una economía estancada”, señala Monex.
Altos niveles de informalidad
Sin embargo, la tasa de informalidad laboral, que considera a los ocupados laboralmente vulnerables por la naturaleza informal de la unidad económica para la que trabaja o que su vínculo laboral no es reconocido por su fuente de trabajo, llegó a 54.73%.
Este nivel fue menor al indicador del mes previo, pero preocupa que hila un año arriba de 54%, es decir, alrededor de 55 de cada 100 ocupados en el país laboran en la informalidad.

“Estos resultados deben analizarse con cautela, ya que la elevada informalidad limita la capacidad de estas cifras para capturar con precisión el estado real del mercado laboral. Además, el comportamiento del empleo formal sugiere señales de debilidad”, ahondan analistas de Monex.
En el primer semestre del año, se crearon 87,287 empleos registrados ante el IMSS, una cifra 70.4% inferior a la del mismo periodo de 2024, recordando la pérdida de 46,378 trabajos en junio, siendo la mayor caída mensual en más de una década, sin considerar el periodo de pandemia, lo que advierte sobre vulnerabilidades estructurales.
Condición de subocupación
También se caracteriza a la población ocupada en función de su condición de subocupación, la cual se entiende como la necesidad y disponibilidad de ofertar más horas de trabajo de lo que su ocupación actual les permite.

Así, la subocupación llegó a 7.31% de la PEA en junio del año en curso, con ajuste estacionario, siendo el mayor nivel en los últimos siete meses, y lejos de los mínimos históricos registrados en 2006.
“En un contexto donde persisten las tensiones comerciales con Estados Unidos, será clave observar si esta aparente resistencia se mantiene o si sólo es un efecto temporal ante una economía que da señales de desaceleración”, concluye Monex.
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