Después de la caída registrada en 2023, las cuentas públicas se estabilizaron al cierre de 2024. Para este año, el organismo proyecta que los ingresos fiscales de los países latinoamericanos alcancen en promedio el 18,7% del Producto Interno Bruto (PIB), gracias a un repunte de los ingresos tributarios que podrían situarse en torno al 16,2% del PIB, similar a los niveles de 2022.
En el primer trimestre de 2025, la recaudación tributaria general mostró estabilidad, aunque con diferencias entre impuestos. En el caso del Impuesto al Valor Agregado (IVA), algunos países experimentaron incrementos moderados debido a un menor consumo privado, mientras que otros se beneficiaron de factores internos que fortalecieron la recaudación.
En México y Colombia, la depreciación de sus monedas favoreció el ingreso por concepto de IVA a las importaciones. En el caso mexicano, este efecto ayudó a sostener la recaudación en un contexto de consumo interno más moderado.
Otros países registraron aumentos por cambios legales: Ecuador subió su tasa de IVA al 15% en abril de 2024; Perú amplió el impuesto a servicios digitales y comenzó a gravar apuestas deportivas en línea; mientras que en Brasil la recaudación tuvo una variación menor tras un fuerte impulso de medidas implementadas en 2024.
Según la Cepal, la solidez de las finanzas públicas en la región dependerá este año de mantener la recaudación tributaria y de políticas que fortalezcan el consumo y la inversión.
El gasto público en América Latina se mantiene estable
Al cierre de 2024, el gasto público promedio en América Latina se mantuvo prácticamente estable. Sin embargo, su composición mostró variaciones: aumentó el pago de intereses de la deuda y se redujo el gasto de capital, lo que equilibró el total.
Para 2025, las proyecciones oficiales en 16 países apuntan a un leve aumento del gasto total de los gobiernos centrales. El cambio más relevante sería la recuperación del gasto de capital, que en años anteriores sufrió recortes y fue utilizado como herramienta de ajuste fiscal.
No obstante, las presiones sobre el gasto corriente y la incertidumbre sobre la recaudación podrían modificar los presupuestos de inversión durante el año. Varios países están aplicando medidas para mejorar la eficiencia del gasto y atender los compromisos de deuda.
Brasil, Colombia y El Salvador, por ejemplo, incluyeron en sus presupuestos recortes en el gasto corriente, sin afectar las áreas prioritarias. En Colombia, el mayor gasto de capital se orienta a reactivar la economía, mientras que en El Salvador se enfoca en desarrollo social, justicia y seguridad ciudadana.
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