La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) aseguró que México ha logrado consolidar su posición como uno de los principales proveedores de manufacturas para Estados Unidos, gracias a su ventaja arancelaria y el acceso preferencial que ofrece el T-MEC.
De acuerdo con los Criterios de Política Económica 2025, la tasa arancelaria efectiva para México en julio fue de 4.7%, una de las más bajas entre los socios comerciales de Estados Unidos.
Esta cifra contrasta con el promedio mundial de 9.7%, 9.1% de la Unión Europea y el elevado 40.4% que enfrenta China.
Hacienda destacó que entre 2018 y 2024, México captó alrededor de 24% de la participación que China perdió en las importaciones estadounidenses, un cambio impulsado por la guerra comercial entre Washington y Pekín y por la creciente relocalización de cadenas productivas hacia Norteamérica.
En 2024, las exportaciones chinas de mercancías a Estados Unidos fueron de 438,947 millones de dólares, lo que implica 66,650 millones menos que en 2017, según datos del Departamento de Comercio.
Exportaciones libres de arancel
La dependencia explicó que 76% de las exportaciones mexicanas ingresó libre de arancel bajo el T-MEC y 5% adicional lo hizo por otras vías preferenciales, lo que significa que 81% de los envíos no pagaron impuestos de importación.
“El diferencial arancelario con otros competidores refuerza esta ventaja. Respecto a 2024, la tasa efectiva aumentó 7.4 puntos porcentuales para el mundo y 29.5 puntos porcentuales para China, mientras que para México sólo subió 4.5 puntos porcentuales, lo que generó una ventaja relativa de 5.0 puntos porcentuales frente al resto del mundo y 35.6 puntos porcentuales frente a China”, indicó la SHCP.
La SHCP subrayó que esta ventaja no es coyuntural, sino estructural: aun bajo la tarifa estatutaria máxima, México es el segundo país con el nivel más bajo entre los diez principales exportadores a Estados Unidos, sólo después de Irlanda.
Entre los factores que fortalecen esta posición están la integración de las exportaciones en cadenas de valor regionales, la fortaleza del sector manufacturero nacional y la flexibilidad del tipo de cambio, que permite ajustes ordenados y evita pérdida de competitividad.
De cara a 2026, la revisión del T-MEC será crucial para asegurar un marco más predecible de comercio, dar mayor certidumbre a las inversiones y ampliar el contenido nacional en las exportaciones mexicanas.
La SHCP enfatizó que la claridad en las reglas permitirá mantener al sector externo como uno de los principales motores del crecimiento económico y el bienestar del país.
Con información de El economista Y El Tiempo.
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