Eduardo Arroyo, magíster en Sociología y doctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales, destaca la importancia del megapuerto de Chancay como parte de la estrategia global de China, convirtiendo a Perú en su socio clave. Catedrático en la Universidad Ricardo Palma, Arroyo es autor del reciente libro «Textos de política internacional».
¿Cómo cree que la culminación de esta mega obra, el puerto de Chancay, puede alterar el equilibrio de poder en las relaciones entre Perú y China?
Puede que la gente se pregunte qué sentido tiene Chancay, un pequeño pueblo de 60,000 habitantes, en una estrategia global. China está asumiendo la globalización más que Estados Unidos. Mientras Estados Unidos centra su atención en el Medio Oriente, China sigue avanzando, y en este contexto global, Chancay se encuentra en la mira. Este proyecto de $3,300 millones transformará Chancay en una gran ciudad, con inversiones en hoteles, casinos, y más industrias. Es un ejemplo de lo que ya está ocurriendo en América del Sur, donde China se ha convertido en el principal inversor, superando a Estados Unidos, que aún mantiene su influencia en América Latina y el Caribe. Pero en Sudamérica, China ya es dominante.
El puerto de Chancay forma parte de la estrategia de la ‘Franja y la Ruta de la Seda’, lo que convertirá a Perú en un socio clave de China. Nuestra relación con China se fortalecerá aún más debido a la cantidad de productos que intercambiamos. En este momento, ya somos parte de una estrategia global más amplia. China aparece como una fuerza externa que, frente a la ineficacia del Estado peruano, trae la globalización y lo que parece ser una «salvación» en forma de inversiones millonarias. Sin embargo, en el fondo sabemos que se trata de una estrategia mayor. Hasta ahora, China no ha movido su ficha militar, solo la comercial. Pero el día que lo haga, el mundo temblará, porque la escala de poder militar de China es enorme. En este bicentenario, Perú tiene la oportunidad de recuperar y potenciar su poderío comercial marítimo, con puertos como Bayovar, Paita, Chancay, Chimbote, Callao y, al sur, Matarani.
¿Cómo podría esto influir en el posicionamiento geopolítico de Perú en América Latina?
Perú se convertirá en un hub comercial, un núcleo estratégico al que llegarán productos de todo el mundo, convirtiéndose en un puente entre Asia y América. Esto preocupa a Estados Unidos y también a nuestro vecino del sur, porque China ha preferido a Perú a pesar de nuestros problemas internos. Esto es un aspecto positivo en medio de nuestras desgracias nacionales, como la corrupción y la ineficacia del Estado. Además, productos peruanos como las uvas, paltas, guanábanas, chirimoyas, y lúcumas están llegando a Asia y estimulando más exportaciones. No debemos ver esto como una competencia entre Chancay y el Callao, sino como una oportunidad para formar un tándem entre ambos y otros puertos, como Chimbote y Paita, lo que beneficiará nuestras exportaciones e importaciones.
¿Ve riesgos en que la soberanía económica o política de Perú se vea comprometida con estos acuerdos de cooperación con China?
Perú ha sido una semicolonia desde su independencia. Primero de Inglaterra, luego de Estados Unidos, y ahora China está tomando un papel predominante. Aunque tenemos una autonomía política formal, la economía ha estado controlada por potencias extranjeras. Ahora, China está tomando el control de manera cautelosa, sin hablar de dominación o vender armamento, enfocándose en el comercio y las inversiones. Sin embargo, el capitalismo chino es más autoritario que el occidental, y debemos ser conscientes de eso. Tenemos tratados de libre comercio que nos abren mercados inmensos en China e India, pero también debemos reconocer los riesgos y beneficios de esta relación.
¿Cree que las instituciones peruanas están capacitadas para manejar estas relaciones comerciales con China en el futuro?
El APEC, que se celebrará en noviembre, pone a Perú ante el mundo, especialmente ante los países del Asia-Pacífico. El Perú está justamente en el corazón de América. Tenemos una ubicación privilegiada, pero nuestra clase política no está a la altura de esta oportunidad. Mi desconfianza está en la clase política, la clase política que tenemos ahora no garantiza el futuro del país, sea con China o con Estados Unidos, no lo garantiza porque no tienen un proyecto nacional de desarrollo a nivel global. Desde fuera, de China, nos está llegando esta oportunidad, que va a transformar totalmente la economía. O sea, lo que no ha podido hacer el Estado peruano por su inercia, su ineptitud, su corrupción, su apatía, su falta de proyectos nacionales, lo está haciendo China.
Chavely Chiroque.