Julio Audicana: “Los millennials y centennials son consumidores que buscan coherencia y transparencia en las marcas que eligen”

En el mundo de la educación ejecutiva, las escuelas de negocios suelen destacar por su envergadura o por sus enfoques innovadores. San Telmo Business School, dirigida por Julio Audicana, se posiciona como una «escuela boutique» que ha sabido encontrar su nicho: la formación ejecutiva especializada en la cadena de valor de la alimentación.

En el mundo de la educación ejecutiva, las escuelas de negocios suelen destacar por su envergadura o por sus enfoques innovadores. San Telmo Business School, dirigida por Julio Audicana, se posiciona como una “escuela boutique” que ha sabido encontrar su nicho: la formación ejecutiva especializada en la cadena de valor de la alimentación. Con sede en el sur de España y más de 40 años de trayectoria, San Telmo ha logrado expandirse a nivel internacional, llegando a países como Portugal, Italia, Brasil y Ghana, entre otros.

Conversamos con Julio Audicana, director ejecutivo de la institución, quien en esta ocasión analizó la industria alimentaria. Indicó que uno de los principales desafíos que enfrenta este sector es la evolución del comportamiento del consumidor. A medida que los países se desarrollan y el poder adquisitivo aumenta, la alimentación pierde peso en la lista de prioridades de gasto de las personas. “La gente prefiere viajar o realizarse tratamientos estéticos antes que invertir en alimentación”, señaló.

Otro cambio significativo es la diversificación dentro del mismo hogar. “Antes se podía segmentar a los consumidores por renta, ubicación o estructura familiar. Hoy, dentro de una misma casa, cada miembro tiene hábitos alimenticios distintos”, explicó el experto. Este fenómeno obliga a las empresas a ser más ágiles y a adaptar su oferta en tiempo récord para satisfacer las expectativas de los clientes.

Otro aspecto interesante es el auge de la tecnología y las redes sociales y como estas han transformado la relación entre consumidores y marcas. “Hoy la transparencia es vital y brutal”, afirmó Audicana. Los clientes exigen conocer el origen de los productos, los procesos de transformación, los ingredientes utilizados y el impacto ambiental de la producción. Esto implica que las empresas no solo deben entender a su público, sino también reaccionar con rapidez ante sus demandas.

NUEVAS GENERACIONES

Las nuevas generaciones, como los millennials y centennials, juegan un papel determinante en la evolución del consumo. Su interés por la sostenibilidad, la alimentación saludable y la ética empresarial está redefiniendo las reglas del juego en el sector. “Son consumidores que buscan coherencia y transparencia en las marcas que eligen”, señala Audicana. Esto implica un reto para las empresas, que deben repensar sus estrategias para conectar con este público exigente y bien informado.

Al mismo tiempo, el ritmo acelerado de vida de estas generaciones también está transformando sus hábitos alimenticios. “Hoy en día, el consumidor se inclina hacia productos listos para comer o cocinar. Muchos ya no saben cocinar y recurren a opciones procesadas y empaquetadas”, explicó. Esta aparente contradicción entre la búsqueda de una alimentación saludable y la preferencia por la conveniencia está modificando la oferta de los supermercados, que priorizan alimentos preparados mientras reducen la presencia de productos frescos para cocinar desde cero. Ciudades como Tokio y Nueva York ya cuentan con departamentos sin cocina, lo que evidencia un cambio estructural en el consumo de alimentos.

EL FENÓMENO DEL LOW COST

En cuanto a la relación entre precio y calidad, Audicana ironizó que hoy “la calidad en alimentación es que no mate”. A partir de ahí, “hay consumidores dispuestos a pagar un plus por ciertos productos, mientras que otros buscan opciones más económicas”.

Uno de los fenómenos más estudiados en los últimos años es el auge de las cadenas de descuento o low cost, que surgieron en Alemania y se han expandido a países como Colombia, Marruecos y México. “Estos modelos de negocio funcionan porque dejan dinero en el bolsillo del consumidor, algo que enamora a todo el mundo”, señala.

Para competir en un mercado saturado, el experto insiste en la necesidad de crear valor más allá del precio: “La alimentación no debe perder la magia, entendida como la capacidad de transmitir experiencias, valores y aspiracionalidad”. Cuando la industria lucha únicamente por reducir costos, se corre el riesgo de comoditizar los productos y perder diferenciación.

Las estrategias más efectivas en este sentido incluyen apostar por el origen de los productos, la sostenibilidad y la conexión emocional con el consumidor. La diferenciación es clave para que las marcas puedan destacarse en un entorno donde el precio sigue siendo un factor determinante.

RETOS CRÍTICOS

Uno de los mayores retos actuales es la disponibilidad de agua potable, fundamental tanto para la industrialización como para la producción de alimentos. A esto se suma la inestabilidad geopolítica, que ha generado crisis en el suministro de granos, aceite de oliva y otros productos esenciales. “Nos hemos dado cuenta de que los recursos naturales no son infinitos y de que los conflictos internacionales pueden alterar la oferta y demanda de alimentos”, mencionó Audicana.

Además, la pandemia evidenció la importancia del concepto de “food security” o seguridad alimentaria, que implica garantizar la capacidad de cada país para abastecerse de alimentos sin depender del comercio internacional. Esto ha generado cambios en la dinámica global de las materias primas y ha impulsado estrategias de autoabastecimiento en muchos países.

DESPERDICIO ALIMENTARIO

Uno de los temas que Audicana enfatiza es la necesidad de reducir el desperdicio alimentario. Su compromiso personal con esta causa lo llevó a participar en la Expo de Milán hace una década, donde se evidenciaron cifras alarmantes sobre la cantidad de comida que se desperdicia en el mundo. “El desequilibrio global es evidente. Mientras unos desperdician, otros no tienen acceso suficiente a los alimentos”, comentó.

Algunas cadenas de supermercados han comenzado a fomentar un cambio de hábitos en los consumidores con estrategias como la compra frecuente de pequeñas cantidades en lugar de grandes adquisiciones que terminan en la basura. Este tipo de iniciativas buscan crear conciencia y generar un impacto positivo en la reducción del desperdicio.

PEQUEÑOS PRODUCTORES

Los pequeños productores enfrentan grandes desafíos para competir con las grandes corporaciones en un mercado cada vez más globalizado. Audicana destaca que la clave para la supervivencia de los pequeños negocios está en encontrar su ventaja competitiva. “Si quieres ser pequeño, debes tener algo diferencial que te permita competir. De lo contrario, es necesario crecer y buscar alianzas,” afirmó.

El cooperativismo y las fusiones estratégicas son alternativas viables para los pequeños productores. Audicana deja claro que no cree en soluciones gubernamentales para proteger a los pequeños productores: “Cada empresa debe encontrar su propio camino sin depender de subsidios estatales”.

Se muestra escéptico respecto a las intervenciones estatales y aboga por la competitividad como el verdadero motor de la autosuficiencia. “Los países deben desarrollar sectores productivos eficientes y competitivos, en lugar de imponer barreras artificiales al comercio,” indicó.

TECNOLOGÍA

La tecnología es una herramienta clave para mejorar la eficiencia en la producción y distribución de alimentos. Desde la digitalización de la cadena de suministro hasta el desarrollo de productos alternativos, la innovación está transformando la industria alimentaria. “La tecnología nos permite ser más ágiles, conocer mejor al consumidor y optimizar la producción,” explicó el director de la escuela de negocios.

Sin embargo, el experto advierte que la tecnología no es una solución mágica si no se utiliza correctamente. Hace décadas, empresas como Tesco acumulaban enormes cantidades de datos de clientes sin poder analizarlos de manera eficiente. Hoy, la interpretación de datos es lo que marca la diferencia en la toma de decisiones estratégicas.

ESCUELA DE NEGOCIOS

San Telmo Business School ha expandido su presencia desde España y Portugal hasta Italia y Miami. En América, su iniciativa San Telmo Food Department busca reunir a directivos y empresarios del sector para compartir experiencias y estrategias a través de foros anuales.

Desde su fundación en 1982, San Telmo Business School ha trabajado para crear un ecosistema educativo que reúne a directivos y empresarios de los tres eslabones clave de la cadena alimentaria: producción, transformación y distribución. “Es el único sitio en el mundo donde los top managers de estos sectores se sientan juntos”, destacó el director con orgullo. Esta visión holística ha permitido que la institución se convierta en un referente global, aportando herramientas para fortalecer la competitividad en un mercado cada vez más exigente.

A diferencia de otras grandes escuelas de negocios, San Telmo ha apostado por una especialización profunda, lo que le ha permitido convertirse en una autoridad en su campo. Su influencia ha trascendido Andalucía y España, consolidándose en múltiples continentes donde colabora con empresas del sector alimentario que buscan mejorar su posicionamiento y estrategias.

MENSAJE

Para Audicana, el futuro del sector es prometedor para aquellas empresas que sepan enfocarse y adaptarse. “No podemos jugar a todo. La palabra clave es foco”, enfatizí. Además, ofrece una reflexión inspiradora basada en su pasión por el surf: “No puedes parar las olas, pero puedes aprender a surfearlas”.

Su mensaje final es claro: las oportunidades existen para empresas de todos los tamaños, pero el éxito dependerá de la capacidad de cada una para escuchar, aprender y actuar con determinación. Con este enfoque, el sector de la alimentación podrá navegar los desafíos del futuro con confianza y visión estratégica.