Marina Zambrana: “Las verdaderas mentes expertas son las que se atreven a parar para reparar”

La mente no distingue entre lo real y lo imaginario. Así lo afirma Marina Zambrana, CEO de Mentes Expertas, al explicar cómo nuestros pensamientos —aunque no se materialicen nunca— pueden tener un impacto físico y emocional tan poderoso como si estuvieran ocurriendo en ese preciso instante.

Mentes Expertas surgió en 2010, casi por casualidad. Marina y su esposo Pedro Cornejo se dedicaban a formar académicamente a miles de alumnos y, con más de 200 personas en plantilla, descubrieron que nadie les enseñaba cómo ser felices y ser más positivos.

Haciendo un gran esfuerzo, llevaron a Emilio Duró para hacer una sesión de motivación en su empresa. El propio Emilio fue quien les animó a exportar su actitud y motivación a otras empresas a nivel nacional.

A raíz de aquella jornada cambiaron su enfoque, creando poco a poco el proyecto que hoy se conoce como Mentes Expertas. Nuestro equipo trabaja para que todos descubramos lo necesario que es invertir en la actitud y la motivación, tanto en el ámbito personal como laboral. Los conocimientos suman, pero enfocar el día a día de manera positiva y proactiva multiplica.

“Es como cuando ves una película de terror y sientes que alguien te va a atrapar por detrás. Tu cuerpo reacciona: se tensa, se sobresalta. Con los pensamientos ocurre lo mismo. Puedes teletransportarte a una experiencia buena, mala, o incluso a algo que jamás ocurrió. Y lo más duro de todo es que el 90% de esos pensamientos negativos nunca llegan a suceder, pero igual nos angustian”, reflexiona.

Con una visión profundamente humanista y transformadora, Zambrana lidera un proyecto que va mucho más allá de las conferencias motivacionales. Mentes Expertas se ha convertido en una comunidad de desarrollo personal que invita a las personas a detenerse, observarse, y reconectarse con lo que realmente importa.

“No es una charla al uso. Es una experiencia que comienza desde el momento en que llegás al lugar, al ver que quienes se sientan a tu lado también sienten la necesidad de crecer, de conocerse, de mirar más hacia adentro que hacia afuera. Como dice Víctor Küppers: hay que parar para reparar”, apunta.

Para Zambrana, el autoconocimiento es la base de todo cambio profundo. “A nadie le gusta lo que no conoce. Por eso es tan importante mirarnos más en el espejo interno. Porque cuando te conocés, te entendés, y al entenderte, podés también entender a los demás”.

Más allá del contenido intelectual que aportan los ponentes —referentes internacionales en liderazgo, bienestar y crecimiento—, lo que realmente transforma, dice, es el encuentro humano. “Los speakers no se suben al escenario para brillar, sino para iluminarnos a todos. Porque somos seres sociales, creados para amarnos, tocarnos, hablarnos y escucharnos”.

En tiempos donde el “tener” parece haber desplazado al “ser”, Zambrana propone cambiar el foco: “La felicidad no está en poseer. Está en compartir. En dejar de posponer la alegría a cuando compremos el coche, la casa o tengamos el título universitario. Nos sentimos verdaderamente bien cuando damos, cuando compartimos una cerveza con un amigo o entregamos un regalo con ilusión. Eso nos llena”.

Y concluye con una metáfora tan gráfica como certera: “Imaginá una montaña nevada solo para vos. Puede sonar idílico, pero ¿no serías más feliz compartiéndola con otros? Así funciona también la vida. Lo que nos hace verdaderamente plenos no es tener la montaña para uno solo, sino subir y bajar con compañía”.

Marina Zambrana

La historia de Marina comienza al otro lado del Atlántico. Allí desarrolló su etapa escolar, finalizando sus estudios superiores en la Escuela de Turismo Costa del Sol. Con 20 años comenzó su trayectoria profesional, creando uno de los mayores grupos de formación a nivel nacional junto al Socio Fundador. Llegó a ocupar el puesto de subdirectora general, trabajando con un equipo de más de 1.500 personas.

A partir del nacimiento de su segundo hijo, Marina decide dar un giro a su vida y dedicarse de lleno a su familia. Durante 8 años aprendió las grandes lecciones de la maternidad, volviendo del receso con toda su fuerza y positividad para poner en marcha Mentes Expertas junto a su marido Perico. Marina, positiva de nacimiento, cree en la felicidad como una decisión que todos podemos decidir si tomar o no.