María José Nichols: «Operamos en el territorio nacional y con cobertura en Centroamérica, Estados Unidos y México»

María José Nichols

CEO Abitare Gt

La empresaria ha abierto brecha y ha trascendido en su labor gremial. Es la primera mujer en ocupar el puesto de presidenta de Cacif Joven, una comisión de la patronal guatemalteca enfocada en promover el emprendimiento y la gremialidad en la juventud. Asimismo, cuando tenía 25 años se convirtió en la franquicia más joven a nivel global de la marca Coldwell Banker para una oficina en Guatemala.

Ahora se ha trazado un importante reto: seguir inspirando a más mujeres para que tomen conciencia de su valor y aporte al desarrollo del país.

¿Podría compartirnos una breve historia de cómo inicia su proyecto empresarial?

A los 25 años me convertí en la franquicia más joven a nivel global de la marca Coldwell Banker para una oficina en Guatemala. Coldwell Banker es una compañía americana, la más grande a nivel global de corretaje inmobiliario. Fundamos con mi familia la empresa Coldwell Banker Master Realtor, en octubre del 2010. En aquel momento nos especializamos en asesoría inmobiliaria residencial y en servicios de relocalización para ejecutivos repatriados, diplomáticos y de las principales multinacionales. Posteriormente, en 2015 adquirimos la operación de la marca para Guatemala, ampliamos nuestro portafolio de servicios en asesoría inmobiliaria comercial e industrial, atendiendo portafolios de inversión de empresas familiares, extranjeras, multinacionales que abrían operaciones en nuestro país y empresas de inversión extranjera. A partir de 2018 dejamos Coldwell Banker para fundar Abitare Gt, empresa familiar bajo el concepto de agencia inmobiliaria, sirviendo a clientes, tanto en la rama residencial, como en la comercial, marca bajo la que operamos actualmente en el territorio nacional y con cobertura en Centroamérica, Estados Unidos y México.

¿Quién ha sido su mayor fuente de inspiración para este proceso?

Personalmente, mi mamá. Tengo la fortuna de ser la 4ª. generación de mujeres comerciantes y empresarias. De mi mamá aprendí sobre emprendimiento, liderazgo y del amor por el trabajo y los negocios. Profesionalmente, mi mentora en bienes raíces fue Ana Luisa Schlessinger, que en paz descanse, líder del corretaje inmobiliario en Guatemala y de quien tuve el honor de aprender, sobretodo, en una industria en donde la autodidáctica es la base para profesionalizarse. De esta forma, tuve la dicha de tener mi base sólida de valores y principios desde la familia y la profesional de dos mujeres admirables.

¿Cómo califica usted al sector inmobiliario de Guatemala?

Es un sector dinámico y vibrante, sumamente competitivo y con muchas oportunidades a nivel nacional. Siempre al alza, con retos, claro, pero con grandes oportunidades de desarrollo para el país, los guatemaltecos y a quienes formamos parte del ecosistema inmobiliario.

¿Qué tanto ha crecido el sector?

El sector crece constantemente. Cada vez vemos más y mejores desarrolladores y constructores con proyectos vanguardistas comerciales, industriales y residenciales. El sector de corretaje inmobiliario per se, con certeza podría decir que es de los más inclusivos, en cuanto a que no existe impedimentos de edad, profesión, género o nivel académico para formar parte de este, ya sea en forma dependiente o no. Esto conlleva, a su vez, un gran reto también. Tradicionalmente, en Guatemala, a los corredores inmobiliarios no se les ha requerido un proceso de aprendizaje, lo cual es necesario dado la trascendencia de los servicios que prestan a los usuarios.

¿Cómo se ha adaptado a los cambios globales, económicos y sociales?

La tecnología ha sido importante y relevante en la industria. Como les digo a mis asesores, cuando empecé, los anuncios se publicaban en las páginas amarillas de los periódicos una vez a la semana. Ahora, las redes sociales nos permiten tener mayor y mejor alcance. Además, los CRM y otras herramientas, nos permiten trabajar remotamente, y comercializar proyectos internacionales incluso, como hacemos en Abitare. Trabajamos proyectos en centro, sur y Norteamérica, e incluso Dubai, desde Guatemala. Adaptarse al cambio es reconocer los beneficios que nos traen los cambios, teniendo siempre presente que es nuestra ética profesional nuestra marca personal, la que nos abre y mantiene puertas abiertas. Adicionalmente, mantener siempre presente que esta es una industria de personas, no es automatizable, porque tratamos con personas, con sus sueños y sus necesidades.

¿Cuál es el valor agregado y las diferencias que marca su empresa en el sector inmobiliario?

Abitare lleva en sus venas el ADN de Coldwell Banker, así que el valor agregado ha sido ofrecer servicios inmobiliarios basados en la ética como primer punto. Segundo, con la experiencia que nos ha permitido tener aliados como abogados, bancos, arquitectos, etc., tomamos una one stop office, en la que nuestros clientes al contratarnos encuentran todos los servicios complementarios necesarios para concretar una transacción inmobiliaria. Somos la única agencia que respalda su servicio sobre garantías de cumplimiento que entregamos a nuestros clientes por escrito, tanto a propietarios como a compradores e inquilinos, para garantizar que nuestra oferta es real. Además, Abitare dedica tiempo y recursos en perfeccionar procesos y herramientas que nos permitan minimizar y reducir riesgos en una negociación: verificar que el vendedor es el propietario y que el inmueble que está vendiendo sea lo que dice que es y que el comprador tenga, no solo la capacidad de compra, sino que los inmuebles cumplan con lo que realmente busca. Esto reduce el tiempo; conociendo los procesos, podemos anteponernos a situaciones que puedan retrasar una compraventa o que nos puedan denegar un crédito. Abitare, en su portafolio de servicios, incluye la parte de estructuración de crédito, previo a que el comprador salga al mercado a visitar las opciones que puedan interesarle. Con esto también al propietario vendedor le reducimos las visitas ineficientes. Nuestra estadística es 3 a 1: por 3 visitas, un cierre, cuando representamos a ambas partes. Lo más importante, nuestra visión y nuestra historia lo respalda; buscamos ser asesores inmobiliarios de cabecera de nuestros clientes, como sucede con el médico. Ello, a fin de desarrollar relaciones a largo plazo, no de una sola transacción. Afortunadamente ese es el porcentaje más alto de nuestros clientes, quienes nos han permitido servirles desde hace más de 10 años y quienes nos refieren con clientes nuevos. Así que, a ellos, muchas gracias.

¿Qué considera que hace falta en Guatemala para que más mujeres puedan abrirse camino en la empresarialidad?

Una de mis áreas de colaboración favorita es precisamente la de liderazgo femenino. Naturalmente me he rodeado de mujeres empresarias, emprendedoras y ejecutivas. He escrito un capítulo de un libro interesante de liderazgo femenino, que lo hemos coescrito representantes de cada país de América Latina y el Caribe, gracias al Women Economic Forum. He titulado ese capítulo “Meritocracia en el Liderazgo Femenino”, y justamente abordo el tema de la empresarialidad. Guatemala, orgullosamente lo digo, estadísticamente es el país con mayor porcentaje de emprendedoras ¡Es increíble! El reto es convertirlas en empresarias. ¿La diferencia entre una y otra? La formalización del emprendimiento. Vemos muchos retos, culturales y burocráticos. Por un lado, dar el gran paso, por supuesto que es arriesgado; requiere mucho más esfuerzo para escalar el negocio, pero, al mismo tiempo, es la alternativa para alcanzar la libertad financiera que todos buscamos. No somos un país con cultura tributaria y ese también es un reto, generar la confianza del sector público en los comerciantes y que comprendan ambas partes que ambos son necesarios en el ecosistema económico del país. A más empresas, más riqueza, y a más riqueza, más desarrollo. El machismo, muchas veces impulsado por las mismas mujeres, también sigue siendo un factor; sin embargo, el costo de vida cada vez más alto requiere que ambos progenitores contribuyan a las finanzas familiares, razón por la que el emprendimiento es una excelente forma de adquirir ingresos. Cada vez son más las empresarias y cada vez son más las empresarias exitosas que están liderando empresas de las que estamos muy orgullosos los guatemaltecos, porque contribuyen al desarrollo de nuestro país.

¿Cuáles son sus metas profesionales a corto y mediano plazo?

Mis metas son convertir a Abitare en una empresa desarrolladora de proyectos, que ya estamos en ese proceso. Tener 3 oficinas en distintos puntos de la ciudad para atender los proyectos en el interior como lo hacemos aquí en la ciudad, llevando certeza y ética a los negocios inmobiliarios. Esto, en un plazo de 4 años. Publicar el libro que he estado gestando desde hace mucho tiempo para que mi experiencia y conocimiento sirva a otros que quieran recorrer este camino de la empresarialidad. Inmediatamente, darle más luz a los podcasts en los que tengo la dicha de colaborar actualmente y seguir aportando desde los espacios que se pueda para contribuir al desarrollo de nuestro gran país.

¿Cómo describe un día a día en su labor?

Combino mis actividades personales, profesionales y gremiales casi a perfección (ríe). Hay días un poco más retadores en los que toca atender una reunión desde el carro en el trayecto hacia una cita inmobiliaria, o hacer malabares con el tiempo. La voluntad siempre es la encargada de que todo lo que deseamos y amamos pueda convertirse en realidad. Es una danza entre mis compromisos no negociables con la flexibilidad del negocio inmobiliario; no dejo mi rutina de la mañana, que es parte de mi terapia de salud mental y consiste en escribir a mano 3 páginas. Con eso proyecto el tono que le daré a mi día; regreso con una rutina de ejercicio incluyendo pilates y caminatas; atiendo eventos gremiales, dedico tiempo a mis asesores en sesiones one to one, y, por supuesto, también corresponde atender la vida familiar y personal, incluidos mis perros que son mi adoración.

La gremialidad me ha permitido tener un amplio espectro y una visión de país.

Además de ser empresaria, usted es miembro de la Cámara Empresarial de Comercio y Servicios (Cecoms). ¿Por qué es importante la gremialidad? ¿Qué ha aportado Cecoms a su trabajo?

Este es uno de los temas que más me apasiona. La gremialidad me ha permitido tener un amplio espectro y una visión de país, comprender que estamos ahí para servir, no solo a un gremio, sino a Guatemala en este caso. A veces no comprendemos el alcance, los retos, las necesidades que hay afuera en la calle, porque no nos damos el tiempo de conocer, de escuchar. Para poder contribuir a mover la aguja y trabajar por cambios, es necesario levantarnos del sillón. Es un trabajo ad honorem, sí, pero es altamente retribuyente cuando uno ve que ese tiempo invertido se convierte en beneficios para al menos una persona a la que podemos cambiarle la vida; es un super poder. A mí me ha permitido ser mejor persona, mejor guatemalteca y empresaria; también me ha permitido conocer los retos por los que debemos trabajar, identificar nuestras fortalezas y poder entonces hacer cambios, como piedras, una a una, pero que van sumando. Me ha permitido también construir una red de apoyo, de mentores, consejeros y amigos que son un soporte día a día. Obtener información para toma de decisiones es importantísima y pues, al conocernos, generamos confianza, y con esto, relaciones comerciales, en ese orden. Ya te conozco, ahora hagamos negocios, pero son relaciones que se construyen con el tiempo. La gremialidad también es una excelente plataforma para adquirir conocimiento, para reducir la curva de aprendizaje y para compartir buenas prácticas empresariales.

La cúpula empresarial guatemalteca es el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif), la cual tiene una comisión llamada CACIF Joven.  Usted es su presidenta y es la primera mujer en ocupar el cargo. Cuéntenos un poco de este puesto, de la comisión y de las metas que tienen.

Este ha sido uno de mis regalos más grandes y de las experiencias más gratificantes. La trayectoria en la gremialidad me permitió representar a Cecoms en Cacif Joven, y en las elecciones 2024-2025 la comisión votó por su siguiente representante, para lo cual me dieron el honor de ser su presidenta. Guatemala es un país joven; la media de edad de nuestra población es de 24 años. Esto nos hace tener que voltear a ver hacia qué herramientas les vamos a heredar, qué país les vamos a heredar. La misión es concienciar a la población sobre la gremialidad y la empresarialidad; como les digo, todos juntos siempre es mejor. Tenemos varios pilares de trabajo en CACIF Joven, tales como Generando Futuro, que se enfoca en coordinar eventos y conversatorios, premiar a emprendedores en el territorio nacional, coordinar actividades de capacitación con las cámaras y con iniciativas y cooperación internacional. También se colabora con las iniciativas en política pública y estatales que tengan incidencia en la población joven; se busca promover ciertas iniciativas de ley que también favorezcan a la población y sus necesidades. Además, contamos con GAN, Global Apprenticeship Network, una red mundial que promueve la empleabilidad por medio de las pasantías y la figura de aprendiz. Esto ha sido importante, porque en las empresas que se han unido a la red se han incorporado pasantes y aprendices en sus planillas, bajo un marco regulatorio y de buenas prácticas que le abre la oportunidad a estudiantes o a recién graduados que se incorporan al mundo laboral. De las metas más importantes que tenemos es poder llevar nuestra voz hacia el mayor porcentaje del territorio nacional, así como salir a visitar y conocer distintas áreas de nuestro país, enfocándonos en encontrar los puntos de convergencia entre los empresarios, comerciantes y emprendedores, así como los mismos retos y dolores que afrontamos, para impulsar prácticas y herramientas, como mentorías, que contribuyan al desarrollo de los negocios.