Por Lorena Barreto.
Uno de los principales retos que enfrenta la industria financiera en América Latina es la falta de regulación y de estándares comunes para la implementación del open banking, lo que limita la disponibilidad de información y dificulta la interoperabilidad entre instituciones financieras.
En una entrevista con Stornia, Roberto Gaudelli, director de Servicios de Pago de Prometeo, explicó cómo la fintech especializada en el desarrollo de infraestructura tecnológica ha tenido que adaptarse a estas barreras para ofrecer soluciones que permitan el acceso y validación de información financiera en varios países, avanzando también hacia una mayor inclusión en la región.
Para abordar estos desafíos, Prometeo evolucionó rápidamente con el auge del Open Banking, una tendencia que comenzó en Europa, particularmente en el Reino Unido. En lugar de limitarse a desarrollar una infraestructura de wallet, Prometeo dio un paso más allá al crear APIs que facilitan conexiones más eficientes con los bancos, abriendo acceso a una red de más de 280 instituciones financieras.
Esta estrategia permitió a Prometeo ofrecer una plataforma de integración sencilla y accesible para que cualquier actor del mercado pudiera aprovechar sus servicios a través de una única API, en lugar de tener que procesar pagos mediante un wallet con marca propia.
Hoy, Prometeo tiene presencia en más de 10 países de Latinoamérica, con una fuerte presencia en mercados clave como Brasil, México, Colombia y Perú. Recientemente, la empresa expandió sus operaciones a Estados Unidos, donde ofrece un servicio de validación de cuentas, permitiendo a las instituciones financieras validar cuentas de beneficiarios antes de procesar pagos o realizar procesos de onboarding. Con esta expansión, Prometeo ha logrado consolidarse como un actor panregional, ampliando su alcance más allá de Latinoamérica.
Gaudelli adelantó que para el 2025, la Fintech planea expandirse a 3 o 4 nuevos países en el próximo año, lo que podría agregar entre 50 y 60 nuevas instituciones financieras a su red.
¿Cuáles son los principales desafíos de operar y ofrecer este servicio?
Los principales desafíos están relacionados con las tendencias en el sector. El concepto de Open Banking, en su forma más pura, se refiere a la idea de que los bancos abran su infraestructura para compartir datos que anteriormente eran exclusivos de ellos. Esto evolucionó a lo que conocemos como Open Finance, donde no solo los bancos, sino también otras instituciones financieras, pueden poner a disposición información que antes era privada, como el saldo de una cuenta de una persona, por ejemplo, una cuenta a nombre de Lore Barreto. El objetivo del Open Banking y el Open Finance es que los bancos expongan esa información para que terceros, como Prometeo, puedan acceder a ella y ofrecer servicios o permitir que otras instituciones financieras la consuman.
Sin embargo, en Latinoamérica, la implementación de Open Banking no está tan avanzada como en mercados más desarrollados, como el Reino Unido, donde los bancos ya disponibilizan estas APIs. En nuestra región, solo en Brasil los bancos están empezando a exponer esta información, mientras que en otros países el acceso a estos datos sigue siendo limitado. Esto nos obliga a construir infraestructura adicional, realizar conexiones más complejas con los bancos y encontrar otras formas de acceder a la información, lo que hace que el proceso sea más complicado. Además, el retraso en la adopción de estándares de Open Banking y la falta de legislación que obligue a los bancos a exponer esta información generan obstáculos adicionales en el camino hacia el desarrollo de nuestros productos.
En América Latina, ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan en términos regulatorios y cómo trabajan para derribar esas barreras?
Uno de los principales desafíos radica en que, en su estado más puro, el Open Banking implica que los bancos expongan su información, idealmente a través de una API, que es un formato para compartir datos entre dos partes. De esta manera, Prometeo podría ser un agregador de información que consume estas APIs y ejecuta el proceso. Sin embargo, en muchos países de la región, tanto a nivel tecnológico como regulatorio, aún no hemos alcanzado ese punto. Esto nos obliga a buscar alternativas para obtener la información, lo que generalmente implica integraciones más complejas con sistemas legados, que son costosas y difíciles de mantener.
Por ejemplo, en Brasil los bancos ya exponen APIs y existe un sistema de pagos centralizado, como el PIX del Banco Central de Brasil, lo que hace que conectarse a este sistema para ofrecer un servicio de pagos sea mucho más sencillo. Sin embargo, en países con un nivel tecnológico más bajo, como Uruguay, debemos realizar conexiones más complicadas con los bancos y buscar la información de otras formas dentro de la trama transaccional. Esto implica más esfuerzo y mayores costos para proporcionar los servicios.
Nuestro valor agregado radica en ofrecer una única API para acceder a todos estos bancos. Nuestros clientes pueden validar una cuenta en Brasil, México, Perú o Uruguay con una sola conexión, sin importar lo difícil o sencillo que haya sido el proceso por detrás. Ya sea que hayamos podido consumir una API existente o que hayamos tenido que hacer una integración más complicada, esto no afecta a nuestros clientes. Para ellos, todo se resuelve a través de una única API, lo que les permite acceder a nuestros servicios en diferentes países sin tener que preocuparse por el estado de la regulación o la infraestructura de cada país.
Mencionaste que tienen acceso a aproximadamente 280 bancos. ¿Cuál es su horizonte en el corto o mediano plazo? ¿Cuáles son los proyectos para ampliar su cartera?
En términos de expansión, este año hemos incorporado tres nuevos países a nuestra operación, lo que ha resultado en 40 nuevas instituciones financieras a las que nuestros clientes pueden acceder sin complicaciones. Nuestro objetivo es mantener este ritmo. Aunque no puedo darte una cifra exacta de mercados o instituciones financieras para el próximo año, proyectamos continuar con la expansión en tres o cuatro nuevos países, lo que podría sumar entre 50 y 60 nuevas instituciones financieras en el plazo de un año.
Esto agregará aún más valor a la plataforma de Prometeo, ya que nuestros clientes seguirán teniendo acceso a través de una única conexión a una variedad de servicios e información proveniente de distintas instituciones financieras de toda Latinoamérica.
¿Qué papel juega la inteligencia artificial en sus servicios?
Actualmente, nuestros productos no dependen directamente de la inteligencia artificial. Somos una red, un agregador que conecta a distintas instituciones financieras y traduce esa información en un formato sencillo para que otros puedan utilizarla. Nuestro crecimiento no está centrado en la inteligencia artificial, sino en hacer nuestra plataforma más atractiva a medida que conectamos más instituciones financieras y desarrollamos productos sobre esa red.
¿Qué tipo de información se intercambia entre las instituciones financieras?
Lo que hacemos actualmente es bastante sencillo. Uno de nuestros productos es la validación de cuentas, lo que permite a una institución financiera validar cuentas en los 11 mercados en los que estamos presentes, sin necesidad de conectarse directamente a los 280 bancos. También ofrecemos servicios de consulta de saldos y movimientos de cuentas. Por ejemplo, un cliente nuestro puede verificar los saldos y movimientos de la cuenta de Lore Barreto en Banco X, o de Roberto Gaudelli en otro banco. Además, facilitamos la iniciación de pagos, permitiendo transferencias entre bancos, incluso de manera transfronteriza, utilizando rieles de transferencia.
En el futuro, creemos que podríamos explorar productos relacionados con la prevención de fraude, donde la inteligencia artificial o el machine learning podrían jugar un papel importante. También podemos considerar la expansión hacia pagos cross-border. Sin embargo, te soy sincero: en este momento, no estamos capitalizando en la inteligencia artificial. Sabemos que es una tendencia popular y que muchas fintechs mencionan que la están utilizando, pero nosotros somos una empresa de alta tecnología especializada en infraestructura de pagos.
Hoy en día, nuestro crecimiento no depende de la inteligencia artificial. Si en el futuro se desarrolla una herramienta que nos permita conectar más bancos de manera más rápida, la adoptaremos. Pero por ahora, no la estamos utilizando para nuestro crecimiento.
Actualmente, la ciberseguridad y los fraudes están generando altos costos a los bancos y a las instituciones financieras en general. ¿Cuáles son los retos que enfrentan en ese aspecto y qué estrategias implementan para abordarlos?
Es una excelente pregunta. Gran parte del fraude que estamos viendo hoy en día en los pagos ocurre a través de los rieles de las tarjetas de crédito o débito, donde los delincuentes roban la tarjeta y realizan compras. Nosotros, sin embargo, no trabajamos sobre ese esquema. Nuestro producto de pagos se basa en transferencias entre cuentas, y lo que diferencia a este sistema de las tarjetas es que, para iniciar un pago, es necesario autenticarte de manera similar a lo que harías al ingresar a tu banca móvil. Esto puede incluir un escaneo facial, una contraseña o incluso un token.
Aunque este proceso puede generar algo de fricción, también reduce drásticamente, o elimina prácticamente, la posibilidad de fraude. De hecho, en nuestra área de pagos, no hemos tenido ni un solo caso de fraude en el que un cliente haya recibido un pago que el usuario niega haber realizado. Esto se debe a los métodos de autenticación como el escaneo facial, las contraseñas y los tokens, que son medidas que impiden los fraudes.
Esta es una de nuestras principales propuestas de valor para los comercios: con nosotros, no tendrán que enfrentar lo que se conoce como contracargos, es decir, casos en los que un cliente dispute un pago. Gracias a nuestra forma de procesar los pagos, casi no se presentan fraudes.
¿Hacia dónde va la industria financiera en los próximos cinco años? ¿Cuáles serán las principales tendencias?
En mi opinión, Prometeo está siendo punta de lanza en hacia donde yo veo que está yendo la industria, que son básicamente dos tendencias muy grandes.
Una de ellas es el open banking. La presión sobre los bancos y las instituciones financieras para que disponibilicen su información seguirá creciendo, lo que permitirá a los terceros desarrollar nuevos productos y ofrecer un mejor servicio al cliente final. Además, esto ayudará en la inclusión financiera, un aspecto muy necesario en Latinoamérica. Brasil, siendo el país más avanzado en este sentido en la región, está a la cabeza, pero también veo cómo otros países siguen empujando para que los reguladores obliguen a las instituciones financieras a compartir esta información. Esta tendencia está avanzando y seguirá expandiéndose.
Por otro lado, también los pagos por transferencia o pagos cuenta a cuenta serán una gran tendencia. Se refiere a los rieles alternativos a los tradicionales pagos con tarjeta. Un ejemplo claro es el sistema PIX en Brasil, creado por el Banco Central, que elimina intermediarios, reduce costos y hace los pagos más eficientes. Lo mismo ha sucedido en México con Cody y SPI.
No hay un solo país en Latinoamérica donde no vea que los Bancos Centrales están desarrollando o anunciando su propio sistema de pagos inmediatos, como en Colombia con Bre-B, en Perú con el sistema UPI, y en Argentina con sus transferencias 3.0. Estos sistemas de pagos rápidos y eficientes buscan reducir costos en comparación con las tarjetas.
Por ello considero que en Prometeo estamos como punta de lanza en las que yo veo como las dos tendencias más grandes en la industria financiera.