Hace más de tres décadas, un visionario decidió aventurarse dentro del mundo empresarial sin saber si su idea tomaría vuelo o no. Con el pasar de los años se dio cuenta que soñar y buscar la felicidad era el camino.
Rubén Mujica fundó el Grupo Luminotecnia con pasión y la firme convicción de desarrollar el talento que tenían dentro sus colaboradores. Hoy en día ya alejado de la compañía y teniendo a su avión monomotor como fiel aliado, se lo puede ver y escuchar en materiales audiovisuales inspiradores y con mensajes alentadores.
¿Cómo ve la evolución de los comienzos de Luminotecnia en cuanto a la pasión de los colaboradores hasta hoy en día?
Si bien hace 5 años fui saliendo de la empresa, hoy en día ya no hay una pretensión de mantener a la gente por mucho tiempo en la empresa. Creo que hay una rotación mayor, que no había antes y me parece muy bueno, eso es muy saludable.
Lo que sí creo es que el ser humano debe pretender ser siempre apasionado con lo que hace eso y no es por el beneficio de la empresa solamente, sino por el beneficio de uno mismo porque no me vas a discutir que si a te gusta lo que haces, vas a ser mejor que si no te gusta.
¿Cuál es la filosofía con la cual fundó la empresa?
Y es muy pretencioso decir que cuando fundé la empresa tenía una filosofía, yo tenía ganas de emprender nomás y la cosas van saliendo bien o mal como le ocurre a un artesano. Un fundador de una empresa es un artesano va moldeando lo que tiene dentro de sí y va saliendo va sacando para afuera creyendo en su propia capacidad y creyendo en que puede romper el molde, porque si va a ser igual que lo que hace el vecino, entonces no va a trascender, agregarle un valor diferencial o hacer mejor que lo que hace.
Por eso es que no se puede estudiar para ser emprendedor porque es algo que sale de adentro de cada uno. Es una inspiración, por lo tanto no es una filosofía la que tuve al empezar, era un simple laburador que intentaba hacer algo.
Lo vemos muy activo en las redes sociales, ¿cómo nació esta iniciativa innovadora para usted?
Porque tiene que ver con un propósito de vida que yo tengo.Considero que es fundamental para una persona, para una empresa y para cualquiera de actividad humana tener un propósito. El propósito de Luminotecnia fue y sigue siendo pasión por crecer juntos, es una empresa que se enfoca y que cree que su propio crecimiento va a estar dado por el crecimiento de las personas que la integran.
Una vez que yo salí totalmente de la empresa quedé sin ese propósito porque, además también aunque el crecimiento debe acompañar al hombre hasta el último día por la sed de crecer por lo menos, hoy tengo un nuevo propósito que es ser útil.
Estuve buscando la manera de ser útil y encontré que inspirar es una manera de ser útil porque inspirar es diferente a ser el ejemplo. El ejemplo no sirve porque las circunstancias nunca son las mismas y las personas menos somos iguales, sin embargo, las ideas, el clic cuando una idea en mi cabeza, ahí es donde uno trasciende. Eso es lo que pretendo.
La gente que ama a la empresa es diferente a la gente que ama su trabajo. Considero que uno tiene que estar enamorado de lo que uno hace. Si vos estás enamorado, es muy probable que llegues a un altísimo nivel de capacidad profesional y la empresa donde hoy estás trabajando, u otras empresas, te van a buscar por eso, ese es el juego, de eso se trata, eso es lo que yo pretendo.
¿Cuáles fueron sus motivaciones durante sus años en la empresa?
Cumplir con mi sueño de subir mi vida escalón por el escalón, ser cada día un poco mejor.
Siempre tuve el sueño de dejar la empresa porque justamente para ser mejor una de las cosas que uno tiene que hacer es dar oportunidad a otros, porque si yo nomás soy siempre el protagonista, si yo nomás crezco, no estoy dando la oportunidad a los demás.
Siempre supe que los hijos que tuve con mi esposa, con quien construí esto, merecían la oportunidad de ser ellos los protagonistas. El sueño no está en tener mucho dinero, está en ser protagonista de lo que uno es capaz de hacer y ese mismo sueño que tuvimos nosotros también le deseamos a nuestros hijos, que ellos también intenten ser mejores.
¿De qué manera motivaba a su equipo de colaboradores para salir adelante?
Tratando de demostrar a acá uno que podía ser mejor, ese es el motivo para vivir. Yo identifique que hay combustible en la vida, porque la vida es pura energía y la energía necesita combustible. El combustible de nuestras vidas son los logros.
Seguro tenés muchas ganas de alcanzar determinados logros y cuando alcanzas esos logros te dan ganas de vivir, de intentar ser mejor. Considero que estar feliz es tener ganas de vivir. Yo creo que la vida tiene un solo objetivo que es intentar ser feliz y por suerte no se alcanza nunca, por eso siempre estamos en la búsqueda de la felicidad.
¿En qué punto de su vida se encuentra ahora?
Imagínate, no puedo dejar de contarte que yo vine volando un avión monomotor desde Asunción hasta Denver (Estados Unidos), más de una semana volando cuando a los 63 años recién aprendí a volar y hoy a los 71 años tengo ese logro que poca gente tuvo de haber venido volando un avión.
Cuando estudié pilotaje me enseñaron a aterrizar y más o menos sé aterrizar, lo que no me han enseñado es como bajar de una levitación y hoy estoy levitando. Mientras tanto estoy acá en Colorado porque vine para estudiar inglés.
¿Cuál cree que es fue el legado que dejó en cada uno de sus colaboradores?
Mi legado es la oportunidad de intentar ser mejores. Y eso es absolutamente inherente a cada uno, yo no tengo nada que ver. Si alguien logró ser mejor es únicamente mérito suyo, yo solo puedo llegar hasta el interés o la idea de transmitir algún clic o cambio de forma de pensar. Nadie tiene ni que decirme gracias.