Tensión en Medio Oriente puede aumentar actividades ilícitas en la Triple Frontera

 El Dr. Evan Ellis advirtió sobre las implicancias que podría tener en países de la región una escalada de tensiones entre Irán e Israel desde el punto de vista de la seguridad interna y también de las implicancias económicas.

El experto norteamericano también habló sobre las inversiones millonarias que están realizando los distintos países de la región sobre sus Fuerzas Militares y si esto podría o no considerarse una carrera armamentista.

Su venida al Paraguay estuvo motivada, además, para hablar sobre la relación diplomática con Taiwán y las posibles implicancias económicas que tendría hacer un giro hacia China Continental como lo han realizado en los últimos años otros países de América Latina.

–        ¿Cuál ha sido el motivo específico de su visita al Paraguay?

El Instituto de Desarrollo Patria Soñada me invitó a participar de su nueva revista y también a dar una ponencia sobre la relación de Taiwán con Paraguay, y con la región, basado en la experiencia que tengo de seguir hace más de 21 años las relaciones que tiene este país asiático con la región.

–        Paraguay tiene una relación con Taiwán de más de 60 años, pero en este tiempo, ha ido quedándose solo en la región entre los países que todavía mantienen relaciones diplomáticas con este país asiático.  Muchas voces a nivel local se cuestionan qué tan beneficioso es mantener esta relación diplomática, al ver que las relaciones comerciales entre ambos países han sido escasas. ¿Hasta qué punto es importante mantener una relación con Taiwán en detrimento de las posibilidades de negocios con China Continental?

Siempre se habla de los beneficios de abrir el comercio con China Continental, y creo que cada país debe tomar sus propias decisiones diplomáticas. En mi experiencia, hay que considerar una combinación de factores para determinar qué es lo que más le conviene a un país.  En este punto, considero que hay una serie de riesgos que se deben considerar.

–        ¿Cuáles, puntualmente, serían estos riesgos?

Lo primero que se ha observado en otras experiencias como las de Costa Rica, Nicaragua o El Salvador es que, si bien hubo un incremento en el intercambio comercial al decidir establecer relaciones con China, no fueron estos países los que sacaron mayor provecho de esa relación.  En el caso de Costa Rica en su producción de café o frutas, realmente no fue China un mercado natural de importación porque compraban los mismos productos de Vietnam o Filipinas.

Lo que casi siempre ha pasado, es que los beneficios fueron a un pequeño grupo de empresarios que acompañaron al presidente de turno que gestionó el cambio en la política diplomática pero no así en el balance neto de intercambio. Datos del Fondo Monetario Internacional indican que en ninguno de estos casos hubo un aumento verdadero en el flujo de importaciones chinas.

–        En el caso de los commodities ¿no habría posibilidades?

Hay que recordar que Paraguay ya tiene cupos de exportación específicos con Taiwán, si entra en este nuevo mercado, deberá competir con países como Argentina y, además, tiene la desventaja de las capacidades de logística. Paraguay podría enviar algo, pero deberá medir también el impacto de productos masivos desde China Continental a su mercado.

Hemos visto en países como Honduras en sectores como la industria o electricidad se vieron afectados, porque el ingreso masivo de productos chinos afectó a la producción local generando un problema.  También se debe tener en cuenta la dimensión de la influencia que, en algunos casos, hemos visto que afecta a las instituciones locales.

Mi punto central es que un cambio en la política diplomática hay que evaluar los costos beneficios de abrirse a un mercado como el chino, como también los beneficios que ofrece mantener una relación con Taiwán que no solo pasa por la cuestión diplomática y comercial, sino también con cooperaciones como las becas de estudio o los programas técnicos, además de intercambio de tecnología.

Entiendo que hay siempre el gran sueño grande de China, pero cuando uno piensa en un desarrollo inteligente y sostenible, analiza desde otra perspectiva.

–        Aprovechando su experiencia que tiene sobre geopolítica y el ámbito militar, ¿cómo observa esta situación de tensión que se está viviendo en Medio Oriente? ¿Es posible un conflicto de mayor escala entre Irán e Israel y derivar eventualmente en impactos económicos negativos?

Para mí seguirá la situación de riesgo hasta tanto siga la campaña israelí de acabar con el grupo terrorista Hamás o enfrentar a otros grupos como Hezbolá en el Líbano.  Ninguno de estos focos de conflicto creemos que podría acabar en próximas semanas con lo cual, la tensión va a seguir.

Tras el ataque de drones que observamos recientemente por parte de Irán hacia territorio de Israel hay un riesgo real de escalar el conflicto.

–        ¿Cómo afecta esto a nuestra región?

Hay que recordar que Irán ha venido aumentando su presencia en América Latina, principalmente, con gobiernos de tinte populista como Venezuela con quien trabajó en la reparación de sus refinerías de petróleo y también, hemos visto como expandió sus relaciones con Nicaragua, Cuba y Bolivia.  Se nota que están apostando a países considerados “antiestadounidenses” o países con más tinte populista como lo es el gobierno de Lula en Brasil.

Con esto Irán tiene la motivación de mostrar a los Estados Unidos que puede ser un contrapeso en este hemisferio en su influencia política. Pero no solo es una presencia desde el punto de vista político, también grupos como Hezbolá han tenido presencia en zonas como en la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay.

–        En la zona de Triple Frontera, ¿cuál es el peligro real?

El peligro es que escale la situación de conflicto en Medio Oriente no podemos descartar que se puedan atacar blancos pro-estadounidenses o pro-israelí en la región. Países como Argentina o el mismo Paraguay han anunciado que podrían trasladar sus embajadas de Tel Aviv a Jerusalén.

Esta región es en donde grupos como Hezbolá se concentran para generar fondos para desarrollar sus actividades en Medio Oriente, pero los ataques en los años 90s y aquellos ocurridos en los Juegos Olímpicos en 2016 en Brasil o en Panamá, nos dan la pauta que, bajo ciertas condiciones incluso pueden actuar en América Latina.   Eso debe ser un motivo de preocupación si escala el nivel de tensión en Medio Oriente.

–        Estos grupos terroristas podrían aumentar su relación con grupos criminales que operan en Triple Frontera para aumentar su capacidad de generar recursos

Hemos visto como grupos terroristas aumentaron su intercambio de negocios con carteles de narcotraficantes en Colombia y por supuesto, en Triple Frontera también han marcado presencia para generar recursos.  Un aumento de la actividad bélica y de enviar ayuda a la comunidad Palestina esto genera demanda de recursos por estos grupos que se activan en América Latina y otros puntos del mundo.

–        En América Latina estamos observando que varios países están aumentando sus capacidades militares, por ejemplo, el caso de Bolivia y la propia Argentina que recientemente adquirió aviones de los Estados Unidos.  Paraguay también ha sondeado la posibilidad de renovar su flota de aviones de combate en un acuerdo con Brasil. ¿Se podría hablar de una carrera armamentística en la región?

Yo no veo una carrera armamentista en la región cuando uno compara con los presupuestos de otras regiones del mundo como Asia o Europa, que tienen enormes cantidades de dinero, porque sí tienen amenazas reales de conflictos o están propiamente involucrados en alguno.

Lo que sí veo es que en América Latina desde hace años hay un déficit en la actualización de los recursos de sus fuerzas públicas y de defensa.  En el caso de Paraguay, hay un desafío de reforzar la seguridad por la gran cantidad de actividad del narcotráfico donde este territorio es una ruta de droga para llegar a países como Argentina, Bolivia, Brasil o Perú.   Entonces, las actividades de estos grupos como el PCC, Comando Vermelho o el Clan Rotela, obligan a que las fuerzas públicas tengan las capacidades para contrarrestar sus actividades.

Esto requiere una respuesta pública.  Hay una cuestión de necesidad de respuesta tanto a corto como largo plazo, para que organismos con la Fuerza de Tarea Conjunta pueda incorporar bajo un sistema de coordinación, capacitación adecuada, apelar a sus Fuerzas Armadas para responder a la crisis.   Uno se puede cuestionar en ciertos casos estas inversiones, pero si responde a una necesidad legítima, es válido.  Hay que ser muy criterioso en qué comprar y cómo utilizar estos instrumentos.

–        Muchas gracias Dr.