Hanna Melini, médica bielorrusa radicada en Latinoamérica, es cofundadora y directora médica de Doctorina, una startup de salud que utiliza inteligencia artificial para mejorar el acceso a información médica confiable, especialmente en comunidades de bajos recursos.
En entrevista con Stornia, Hanna profundiza sobre su trayectoria, los desafíos estructurales del sistema de salud en países como México, y cómo la tecnología puede ser una aliada para reducir tiempos de espera y orientar mejor a los pacientes.
Con más de 12,000 usuarios en su plataforma y una meta ambiciosa de alcanzar un millón antes de fin de año, Doctorina apuesta por consolidarse en México como uno de sus principales mercados en Latinoamérica, colaborando activamente con organizaciones sociales del país.
Hanna, ¿cómo nació la idea de Doctorina y cuál fue tu camino profesional hasta aquí?
Estudié medicina en Bielorrusia y luego me mudé a Latinoamérica, donde trabajé como médica rural y como directora de un proyecto internacional enfocado en establecer clínicas genéticas. Atendía pacientes, coordinaba el uso de medicamentos y generaba vínculos con médicos, gobiernos y actores estratégicos en la región.
Fue ahí donde detecté un problema recurrente, las personas tardan mucho en consultar con un médico, y muchas veces eso agrava sus enfermedades. También observé una falta importante de conocimientos básicos en salud y la ausencia de acompañamiento profesional, especialmente en comunidades vulnerables. Por eso, muchas personas confían en vendedores de medicamentos que no tienen formación médica, o buscan respuestas en Google o YouTube, donde la información no siempre es fiable.
¿Y cómo surge entonces la propuesta tecnológica?
Una de mis mejores amigas, que también es fundadora y CEO del proyecto, venía trabajando en temas de enfermedades raras en países desarrollados. Al conversar, nos dimos cuenta de que los problemas eran similares: en países como México, la atención médica tarda porque no hay suficientes médicos o porque los turnos se extienden hasta por dos o tres meses. Vimos que era el momento correcto para aprovechar el avance de la inteligencia artificial, especialmente los modelos de lenguaje, como base para crear una herramienta de apoyo accesible para todos.
Así nació Doctorina: como un asistente de salud virtual, disponible a través de una aplicación gratuita.
Inteligencia artificial, esencial
¿Qué funcionalidades tiene la app?
Doctorina permite al usuario indicar sus síntomas, y la inteligencia artificial va haciendo preguntas para entender mejor el contexto, como lo haría un médico. Luego, puede sugerir posibles diagnósticos preliminares, recomendar estudios de laboratorio, alertar sobre señales de peligro, orientar sobre alimentación, actividad física, e incluso explicar cómo actúan ciertos medicamentos como la insulina o la metformina.
Además, se pueden subir documentos médicos, como PDFs o fotos de resultados, para que el sistema los analice. Y una vez que termina esa primera conversación, el usuario puede seguir haciendo preguntas para aclarar dudas específicas.
¿Qué tipo de enfermedades buscan abordar primero, especialmente en México?
En México, como en muchos otros países de Latinoamérica, la diabetes es uno de los problemas más comunes. Es una enfermedad crónica compleja que requiere mucho acompañamiento. Muchas veces, entre una cita y otra, pasa demasiado tiempo. Ahí es donde entra Doctorina: el paciente puede usar la app para revisar síntomas nuevos, dudas sobre su tratamiento o seguimiento de valores, sin esperar semanas para una consulta.
Por eso creemos que México es un país clave, porque enfrenta grandes desafíos en salud pública y, al mismo tiempo, tiene una población muy conectada digitalmente, lo que permite un despliegue rápido de soluciones como la nuestra.
¿Cómo están trabajando en México específicamente?
Nuestra estrategia de entrada en México se basa en alianzas con organizaciones no lucrativas, ya que son quienes tienen la confianza de las comunidades. Actualmente estamos en conversaciones con ONGs en México, Guatemala y Colombia, porque sabemos que esas alianzas son fundamentales para llegar a quienes más lo necesitan.
Además, la retroalimentación que recibimos de los usuarios en México nos está ayudando a adaptar la app a su realidad lingüística, cultural y sanitaria.
¿Cuáles han sido los principales retos del desarrollo?
Uno de los mayores desafíos ha sido adaptar el lenguaje de la app a cómo las personas realmente describen sus síntomas. No todos los usuarios responden las preguntas de forma clara o directa. Por eso, programamos el sistema para que, si la respuesta no es suficiente o no se entiende, la app replantee la pregunta con otras palabras, como lo haría un médico humano.
También hemos notado que, en muchos casos, las personas no leen bien las instrucciones, así que el sistema fue diseñado para ser paciente, flexible y comprensivo.
¿Cuál es su meta de crecimiento?
Actualmente tenemos más de 12.000 usuarios, y nuestro objetivo es llegar al millón de usuarios antes de fin de año. Estamos en proceso de levantar capital para escalar el producto, mejorar la tecnología y llegar a más países, pero especialmente queremos consolidarnos en México como uno de nuestros principales mercados.
¿La aplicación es gratuita?
Sí, totalmente. Cualquier persona puede ingresar desde su celular o computadora y comenzar a usarla. Incluso te puedo compartir un enlace para que la pruebes. Es una forma muy accesible de ver cómo funciona la herramienta en la práctica.
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