Fotoarte: Andrea Velázquez.

“La gentrificación en ciudades mexicanas ya se está viviendo con desplazamientos”: Guillermo Bernal, cofundador de Placemaking México

Frente al avance de la gentrificación en varias ciudades de México, el urbanista advierte sobre la urgencia de repensar las políticas urbanas desde una perspectiva comunitaria y equitativa.
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Frente al avance de la gentrificación en varias ciudades de México, especialistas como Guillermo Bernal, cofundador de Placemaking México, advierten sobre la urgencia de repensar las políticas urbanas desde una perspectiva comunitaria y equitativa.

En entrevista con Stornia, analizó las distintas manifestaciones del fenómeno en la Ciudad de México y en otras zonas del país, subrayando los impactos sociales, culturales y económicos que genera el desplazamiento de habitantes históricos.

El urbanista explica cómo la especulación inmobiliaria, el turismo de corto plazo y la falta de políticas públicas efectivas están transformando los barrios tradicionales. También comparte herramientas que el enfoque del placemaking puede ofrecer para mitigar estos efectos, sin frenar el desarrollo urbano pero priorizando el derecho a la ciudad y la permanencia de las comunidades.

Gentrificación, un fenómeno que ya está desplazando

¿Por qué decidió poner foco en la gentrificación como algo urgente para discutir hoy en México?
Hoy la gentrificación en la Ciudad de México se está viviendo de manera real y hay desplazamientos que están afectando hoy a una clase creativa muy puntual en zonas como Roma, Condesa y el Corredor Reforma. Estas áreas céntricas están siendo ocupadas por rentas de corto plazo a través de aplicaciones digitales, desplazando a comunidades que llevan 10, 15 o 20 años viviendo ahí.

¿Cómo definirías la gentrificación para las personas que la viven pero no la nombran?
La gentrificación es ese proceso urbano donde el valor del suelo, principalmente el de la vivienda, sube abruptamente y provoca desplazamientos directos o indirectos. Es un concepto que se estudia desde los años 60 en Londres, pero en México toma formas distintas. En nuestras ciudades latinoamericanas, lo vivimos como especulación local, turismo de corto plazo, y una deuda histórica de quienes salieron del centro y ya no pueden regresar.

Casos en México: CDMX, Guadalajara, Ensenada

¿Qué otras zonas de México podrías mencionar como ejemplo?
En Guadalajara, por ejemplo, la colonia Americana vive un fenómeno similar. También en ciudades costeras como Ensenada y en nuevos desarrollos como Cancún. Hay desplazamientos que responden a la turistificación, al aumento de visitantes, pero también por violencia en zonas fronterizas. No todo lo que es desplazamiento o elitización es gentrificación, pero todos estos fenómenos están conectados.

¿Qué hay detrás de estos procesos, más allá del mercado inmobiliario?
Detrás hay una pérdida de identidad local, de arraigo. Muchas personas quieren quedarse, pero eso ya no es suficiente. Falta apoyo institucional. No se generan barrios ni convivencia. Se permiten cambios de uso de suelo y se fomenta la especulación que desplaza a comunidades enteras con décadas en una zona.

¿Y qué papel juega la planificación urbana en todo esto? ¿Se puede gestionar o frenar la gentrificación?
Sí, yo creo que hay que reconfigurar la demanda urbana. No se trata solo de la plusvalía, sino de revalorar los barrios por su historia y comunidad. Hay que promover programas de arraigo, cultura barrial, consumo local, y construir permanencia: servicios públicos, escuelas, parques, salud, cultura, empleos cercanos a la vivienda. No pensar solo desde la oferta, sino también desde la demanda urbana.

¿Qué impactos sociales y culturales detectas en estos procesos?
Se generan desigualdades históricas. Deberíamos dar incentivos fiscales a quienes permanecen, regular las rentas temporales, crear filtros que prioricen el uso habitacional y establecer sistemas de gobernanza y monitoreo. Deben activarse mecanismos participativos ante desplazamientos y políticas urbanas basadas en datos abiertos sobre suelo y vivienda. Queremos ver esos datos.

¿Es posible regenerar espacios sin desplazar a las personas?
Sí. No se trata de detener la rotación de personas, sino de fomentar la permanencia, la pertenencia, la comunidad. La rotación violenta es negativa. Podemos tener renovación urbana, desarrollo inmobiliario, pero asegurando que a todos les vaya bien, no solo a algunos.

El rol del placemaking en las soluciones

¿Qué herramientas ofrece el placemaking para construir barrios más equitativos?
Placemaking es construir lugares para las personas con las personas. No es diseñar un parque desde el escritorio, sino hacerlo con la comunidad. Es una forma de generar cultura, conciencia y comunidad en los barrios. Sirve para detener desplazamientos internos por turismo, migración o violencia.

¿Dónde está la línea entre “mejorar” un barrio y desplazar a los vecinos?
No se trata solo de cambiar banquetas, parques o infraestructura. Se trata de mejorar también a quienes viven en la zona. No imponer mejoras, sino hacer que la comunidad crezca junto con su barrio. Mejorar empleos, forma de vida, comunidad. No basta con infraestructura.

¿La gentrificación es inevitable en una ciudad como la CDMX?
Sí, pero se puede controlar. La CDMX perdió casi 220 mil habitantes entre 2010 y 2020. El problema no es cuántos llegan, sino quiénes se quedan y dónde. Hay que redistribuir bien la ciudad.

¿Es posible una ciudad sin borrar la identidad de los barrios?
Sí. Si solo construimos viviendas sin transformar la demanda, el motor especulativo sigue. Si pensamos solo en el turista, borramos la identidad. Hay que frenar las políticas extractivas y promover comunidad, permanencia y el derecho a la ciudad: decidir cómo, cuándo y dónde vivir.

¿Conoces ejemplos de desarrollo urbano más justo y participativo?
Es un problema global. Barcelona y Nueva York han limitado las rentas de corto plazo. Copenhague exige que las viviendas estén ocupadas. Pero en México debemos pensar en soluciones propias, comunitarias, sin llegar a extremos regulatorios como en países del norte global. Podemos generar mecanismos locales más reales y nuestros.

¿Qué mensaje darías a un vecino que ve cómo cambia su barrio?
Es muy doloroso ver cómo cambia el lugar donde has vivido toda tu vida. Pero el turista no es quien marca el precio del suelo, muchas veces son vecinos, gente local. No confundamos causas. No ataquemos a los cafés, ni adoptemos discursos xenófobos. Construyamos una mejor ciudad desde el entendimiento.

¿Algo más que quiera agregar?
El objetivo no es detener el cambio, sino no dejar a nadie atrás. No hacer políticas para frenar la rotación, sino políticas para fomentar la permanencia.

¿Cómo se puede contactar con ustedes?
Tenemos dos sitios: www.placemaking.mx para México y placemakingx.org para fuera del país. Hay colectivos en más de 30 regiones del mundo. Probablemente haya alguien cerca que conozca el tema.

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