Fotoarte: Andrea Velázquez.

Por ola de calor extremo, Francia y Suiza cierran centrales nucleares

Las temperaturas excepcionales que azotan Europa central ya están afectando infraestructuras críticas y forzando decisiones.
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El calor extremo que golpea el centro del continente europeo disparó las alarmas: Francia y Suiza activaron la alerta roja por temperaturas superiores a los 38 °C, y como consecuencia, varias centrales nucleares tuvieron que cesar operaciones debido a la falta de condiciones adecuadas para la refrigeración de sus reactores.

En Suiza, la planta de Beznau, una de las más antiguas de Europa, fue temporalmente desconectada del sistema eléctrico por precaución. El calor elevó la temperatura del río Aar, cuya agua se utiliza para enfriar el reactor. Esta no es la primera vez que se aplica este protocolo, pero la recurrencia comienza a preocupar a las autoridades energéticas.

En Francia, al menos cuatro reactores nucleares ubicados en las cuencas del Ródano y el Garona también redujeron o suspendieron su producción. La legislación francesa prohíbe verter agua caliente de regreso a los ríos cuando la temperatura ambiental supera ciertos límites, para evitar daños ecológicos. En este caso, la intensidad del calor hizo que el umbral se alcanzara rápidamente.

Las olas de calor no solo afectan el consumo eléctrico por la mayor demanda de refrigeración, sino que también condicionan directamente la operatividad de las plantas de generación, incluso las nucleares, sostienen.

Podría empeorar

Meteorólogos advierten que esta situación puede extenderse durante varios días, con temperaturas que en algunos puntos podrían alcanzar los 40 °C. Las autoridades sanitarias recomiendan evitar actividades al aire libre durante las horas centrales del día, mantenerse hidratado y prestar especial atención a personas mayores y niños.

Europa viene acumulando récords térmicos desde hace años, y este nuevo episodio vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de adaptar infraestructuras clave al nuevo clima. Mientras tanto, el suministro eléctrico en ambas naciones se mantiene estable, pero las medidas preventivas seguirán activas hasta que la ola de calor ceda.

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