El presidente del consejo de administración de Mercedes-Benz, Ola Källenius, advirtió que la empresa atraviesa un momento difícil debido a tres factores clave que están presionando su negocio a nivel global, aranceles de Estados Unidos, competencia en China y una transición más lenta hacia la movilidad eléctrica.
En los últimos meses, los fabricantes de automóviles alemanes han registrado una caída en sus beneficios. En el primer semestre del año, Mercedes-Benz obtuvo un beneficio neto consolidado de aproximadamente 2,700 millones de euros (3,100 millones de dólares), lo que supone un descenso del 55.8% respecto al mismo periodo de 2024.
«El entorno en el que operamos es extremadamente complejo en este momento», afirmó Källenius en una entrevista publicada este lunes por el diario económico Handelsblatt. «Fabricar automóviles siempre ha sido un negocio duro, pero ahora lo es más que nunca».
Impacto de los aranceles
El primer motivo que citó el directivo son los aranceles impuestos por Estados Unidos. Explicó que si ese país redefine el orden comercial global vigente durante décadas, el impacto en el negocio será inevitable. Recordó que durante la administración de Donald Trump se incrementaron los aranceles a las importaciones procedentes de la Unión Europea, incluidos los vehículos.
En segundo lugar, mencionó la competencia en el mercado chino, donde más de un centenar de fabricantes luchan por ganar cuota. «El consumo en los segmentos de alta gama, que son clave para nosotros, se mantiene muy débil desde hace varios años», señaló.
Movilidad eléctrica
Como tercer factor, apuntó que la transición hacia la movilidad eléctrica avanza más despacio de lo previsto, lo que obliga a la compañía a mantener inversiones paralelas en distintas tecnologías de propulsión durante más tiempo.
Con información de DPA news.
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