La cantante estadounidense Taylor Swift lanzó su duodécimo disco The Life of a Showgirl, tras meses de silencio y a menos de un año de finalizar su gira mundial Eras Tour, con canciones que exploran amor, fama y resiliencia en el espectáculo.
Diez meses después de poner fin a su gira más ambiciosa, Swift ofrece a sus seguidores un álbum de 41 minutos y 12 canciones que retratan su vida tras casi dos décadas en los escenarios. El anuncio llegó en el pódcast de su pareja, el jugador de la NFL Travis Kelce, generando una ola de teorías y anticipación en redes sociales.
La primera canción, The Fate of Ophelia, establece el tono del disco, donde la artista se compara con la heroína shakespeariana, pero transformando su destino en una historia de resiliencia.
Swift decidió no colaborar esta vez con Jack Antonoff y trabajó con Max Martin y Shellback, productores de algunos de sus mayores éxitos como Shake it Off y We Are Never Ever Getting Back Together. El resultado es un sonido que mezcla la experiencia acumulada con una teatralidad pop renovada.
Canciones como Opalite reflejan influencias del pop nórdico y evocan la sonoridad de Abba, mientras que Actually Romantic y Wi$h Li$t exploran las contradicciones de la fama y los vínculos personales.
La quinta canción y la vulnerabilidad de Taylor Swift
Siguiendo su tradición, la quinta pista del disco, Eldest Daughter, es la más introspectiva. En ella, Swift reflexiona sobre la exposición en internet y promete a su hermano, Austin, no dejarlo nunca.
El álbum incluye CANCELLED!, donde Swift aborda los intentos de cancelación que ha enfrentado a lo largo de su carrera, y cierra con The Life of a Showgirl, en colaboración con Sabrina Carpenter, que pone en primer plano los sacrificios detrás del espectáculo.
The Life of a Showgirl muestra a una Taylor Swift feliz, consciente de su rol en la industria y consolidada como reina del pop, con un trabajo que mezcla espectáculo y reflexión personal.
Con información de EFE.
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