Washington. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), Brasil está destinado a ingresar al grupo de las ocho economías más grandes del mundo para 2028, marcando un avance notable en su posicionamiento global. Este ascenso es resultado de reformas estructurales estratégicas, un desarrollo económico sostenido y una diversificación exitosa de su economía. Su crecimiento no solo lo colocará junto a potencias tradicionales como Estados Unidos, China e India, sino que también impulsará el progreso económico de América Latina, destacando su liderazgo regional.
Diversificación
El crecimiento de Brasil se basa en una diversificación económica clave. Tradicionalmente dependiente de la exportación de materias primas, el país ha invertido en sectores como tecnología, manufactura avanzada, energías renovables y agroindustria. Estas medidas no solo han fortalecido su economía, sino que también han atraído importantes flujos de inversión extranjera, consolidando a Brasil como un actor competitivo en los mercados internacionales. Por ejemplo, en junio de 2024, las exportaciones de productos agrícolas alcanzaron los USD 15,2 mil millones, reforzando su papel como líder global en la agroindustria.
Energías renovables
Además de la agroindustria, Brasil se ha destacado en el desarrollo de energías renovables como la hidroeléctrica, solar y eólica. Esto no solo ha permitido cubrir su demanda energética interna de forma sostenible, sino que también ha generado empleos y captado inversiones extranjeras en tecnologías verdes. Durante el Brasil Investment Forum (BIF) de 2024, el país resaltó estas oportunidades, mostrando su compromiso con la economía verde como motor de crecimiento futuro.
El mercado interno brasileño también juega un papel crucial en su desarrollo económico. La expansión de la clase media ha impulsado la demanda de bienes y servicios, creando un círculo virtuoso de consumo, generación de empleos y crecimiento empresarial. Políticas sociales enfocadas en educación, salud y vivienda han reducido la desigualdad y mejorado la calidad de vida, fortaleciendo aún más el mercado interno y estableciendo una base sólida para el crecimiento económico sostenido.
Brasil superaría a Francia en 2050
El ascenso de Brasil tiene implicaciones significativas para América Latina y el mundo. Su estabilidad y liderazgo pueden servir como motor para la integración regional, promoviendo acuerdos comerciales y colaboración entre países vecinos. De cara al futuro, proyecciones como las de Goldman Sachs indican que para 2050 Brasil podría superar a economías establecidas como la de Francia, consolidándose como una potencia global. Esto dependerá de la continuidad en políticas económicas sólidas, inversiones en innovación y educación, y el fortalecimiento institucional que permita a Brasil capitalizar plenamente su potencial.