Asobancaria proyecta crecimiento económico y mejora en inflación para Colombia en 2025

Se espera una reducción significativa en la tasa de inflación, pasando del 5,2% estimado para 2024 a un 3,5% en 2025.
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La Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria) presentó sus nuevas estimaciones económicas para el país, destacando un panorama más positivo para el año 2025, luego de una recuperación moderada en 2024. Según los técnicos de la asociación, el Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia crecerá un 1,8% en 2024 y repuntará a un 3,2% en 2025, impulsado por un aumento en el consumo, la inversión y los efectos derivados del pacto por el crédito.

Asobancaria destacó que sectores clave como la administración pública y el entretenimiento liderarán este impulso, con expansiones proyectadas del 6,4% y 5,2%, respectivamente. Además, indicó que se anticipa una recuperación gradual en el sector de la construcción, especialmente en el área de edificaciones, lo que contribuiría al crecimiento general.

En cuanto a la inflación, las proyecciones también son optimistas. Se espera una reducción significativa en la tasa de inflación, pasando del 5,2% estimado para 2024 a un 3,5% en 2025, lo que acercaría la cifra al objetivo establecido por el Banco de la República. Este ajuste sería un alivio para los consumidores colombianos, al mitigar la presión sobre los precios de los bienes y servicios.

Este comportamiento favorable de la inflación ofrecería al Banco de la República mayor margen de maniobra para ajustar su política monetaria, lo que podría resultar en una reducción de la tasa de interés. Asobancaria anticipa que la tasa de interés de política monetaria cerrará 2025 en 5,75%, lo que implicaría una disminución de 375 puntos básicos respecto al nivel actual de 9,50%. Este recorte facilitaría el acceso al crédito para las familias y empresas, impulsando aún más la actividad económica.

En cuanto al mercado crediticio, se proyecta que la cartera crediticia crecerá un 3,3% en 2025, con mejoras notables en los segmentos de vivienda y crédito comercial, lo que refleja una reactivación de la demanda de financiamiento tanto en el sector residencial como en el empresarial.