El último mes del año marca un momento crucial para la economía colombiana, ya que se define el salario mínimo que regirá durante el 2025, un tema que afecta directamente a millones de trabajadores y sus familias. Este proceso, liderado por la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, considera factores como la inflación, la productividad laboral, el nivel de empleo y la capacidad económica de las empresas.
La Comisión, compuesta por representantes del gobierno, trabajadores, pensionados y empleadores, busca alcanzar un acuerdo que garantice el poder adquisitivo de los ciudadanos, permitiéndoles satisfacer sus necesidades básicas y mantener estabilidad económica. Según el cronograma oficial, las partes tienen hasta el 15 de diciembre para llegar a un consenso. En caso contrario, el plazo se extiende al 30 de diciembre, con la posibilidad de que el Gobierno establezca el aumento por decreto si no hay acuerdo.
Propuestas y Expectativas
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, adelantó que el Gobierno propone un incremento del 6,2%, una cifra que coincide con la recomendación de la Federación Colombiana de Gestión Humana (Acrip), que sugiere que el aumento no supere el 7%. Por su parte, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) aboga por un incremento de dos dígitos, aunque anticipan que la decisión podría ser unilateral por parte del Gobierno.
En contraste, el decano de economía de la Universidad Externado, Juan Pablo Herrera, plantea un aumento más conservador, entre el 5% y el 6%, alineado con la situación económica actual del país.
Impacto en Bienes y Servicios
El aumento del salario mínimo traerá consigo ajustes en los costos de varios bienes y servicios. Entre los que más impactarán a los ciudadanos se incluyen:
•Pasajes de transporte público
•Arriendos de vivienda
•Peajes
•Multas de tránsito
•Obligaciones tributarias
•Tarifas de gasolina y ACPM
•Honorarios de trabajadores independientes y consultores
Estos incrementos, aunque necesarios para garantizar la sostenibilidad de las empresas, representan un desafío para los hogares colombianos, especialmente aquellos de ingresos más bajos. La decisión que se tome en los próximos días será determinante para marcar el rumbo de la economía colombiana en 2025 y las condiciones de vida de millones de personas en el país.