En un intento por mitigar el impacto de la volatilidad climática en el costo de la energía eléctrica, el gobierno nacional alista un decreto que impondrá topes al precio del kilovatio-hora y fomentará contrataciones a largo plazo en el sector energético. La medida, según el Ministerio de Minas y Energía, busca brindar tarifas más justas, estables y predecibles, especialmente en épocas de sequía, cuando la presión sobre los costos es mayor.
“Con este decreto se espera que, durante los periodos de mayor escasez hídrica, el precio de la energía pueda disminuir entre $20 y $120 por kilovatio-hora, dependiendo de la gravedad de la sequía y del comportamiento del mercado eléctrico”, aseguró el ministro Edwin Palma. La iniciativa contempla que las generadoras hidroeléctricas vendan al menos el 95 % de su energía a precios estables mediante contratos, limitando así la exposición a las variaciones del mercado en bolsa.
Esta estrategia apunta a reducir la carga económica de millones de hogares que hoy enfrentan tarifas fluctuantes. Según explicó el funcionario, un usuario en la región Caribe —una de las más afectadas por las altas tarifas— que actualmente paga entre $700 y $1.200 por kilovatio-hora, podría empezar a percibir una estabilización sustancial en su factura eléctrica.
Además, el decreto delegará a la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) la responsabilidad de diseñar los mecanismos que garanticen la confiabilidad del sistema y aseguren que la estabilización tarifaria no comprometa la sostenibilidad del servicio.