En respuesta a los daños causados por la temporada de lluvias entre 2022 y 2024, el Ministerio de Educación ha iniciado la intervención en 150 sedes educativas en 70 municipios de 20 departamentos. Esta acción forma parte de un esfuerzo más amplio presentado en el Consejo Nacional de Gestión del Riesgo (CNGR), liderado por el presidente Gustavo Petro esta semana, para enfrentar el fenómeno de La Niña y otros eventos climáticos.
La ministra de Educación, Aurora Vergara, informó que las obras beneficiarán a 38.828 estudiantes, con una inversión de 63.650 millones de pesos. Estas intervenciones incluyen la instalación de aulas y mejoras en infraestructuras educativas, ejecutadas por la Banca de Desarrollo Territorial, Findeter.
Durante la presentación en el CNGR, Vergara destacó el balance de acciones ejecutadas desde 2023 y la estrategia ‘Escuela Protectora y Segura’. Además, se subrayó la necesidad de asignar 70.000 millones de pesos adicionales para intervenir en 150 sedes educativas rurales afectadas por la ola invernal, según el Decreto 1810 de 2023.
Obras en los departamentos de Cauca y Chocó
– Suárez, Cauca: Avance en cuatro mejoramientos de infraestructura educativa con una inversión de 3.511 millones de pesos, beneficiando a 1.595 estudiantes.
– Rosas, Cauca: Ejecución de obras en siete infraestructuras educativas con una inversión de 1.326 millones de pesos, beneficiando a 980 estudiantes.
– Chocó: Reasentamiento de las comunidades de Pogue y Boraudo, con la construcción de espacios educativos por valor de 3.500 millones de pesos cada uno.
Así mismo, según el gobierno, se activaron protocolos de riesgo para 27 sedes educativas cerca del volcán Puracé, beneficiando a 1.914 estudiantes, incluidos 1.043 indígenas y 12 miembros de comunidades negras. Además, se han implementado acciones preventivas en la costa Caribe, donde 114.837 estudiantes en 3.963 sedes educativas podrían verse afectados por ciclones y huracanes.
Estas acciones reflejan el compromiso del Ministerio de Educación en asegurar infraestructuras seguras y funcionales para los estudiantes colombianos, adaptándose a las adversidades climáticas y promoviendo la resiliencia en el sector educativo.