San Salvador. Los industriales salvadoreños han manifestado su preocupación ante la reciente decisión del Gobierno de Estados Unidos de imponer un arancel del 10 % a productos provenientes de El Salvador, medida que podría tener efectos negativos sobre las exportaciones y el empleo local.
El nuevo arancel fue anunciado como parte de una estrategia comercial impulsada por el expresidente Donald Trump, en un intento por reactivar la industria estadounidense. Aunque la medida no se limita únicamente a El Salvador, afecta de forma significativa a países que hasta ahora se beneficiaban del libre comercio bajo acuerdos como el Tratado de Libre Comercio entre EE. UU., Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-DR).
“Sí (estamos preocupados). Inicialmente los empresarios dicen ‘vamos a tener un 10 % más de impuestos’, pero nuestro punto es que comparemos con otros países, porque a lo mejor, aunque nosotros tengamos un 10 % más, productos de China, de Japón, Colombia y Nicaragua tienen aranceles más grandes y eso puede ser una ventaja para nosotros”, sostuvo el presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales, Jorge Arriza, tras enterarse de la imposición de los aranceles.
Distintos sectores económicos han expresado inquietud por el impacto directo que este impuesto podría tener sobre la competitividad de los productos salvadoreños en el mercado estadounidense. Se teme que aumenten los costos para los consumidores y se reduzca la demanda de bienes nacionales, afectando a pequeñas y medianas empresas que dependen en gran medida de las exportaciones.
Además, algunos analistas consideran que la decisión es contradictoria, ya que puede debilitar economías aliadas como la salvadoreña, lo que a su vez podría aumentar los flujos migratorios hacia Estados Unidos, en contraposición con las políticas de control migratorio que ese mismo país ha promovido.
Tal es el caso del expresidente del Banco Central de Reserva, Óscar Cabrera, quien calificó el arancel de «contradictorio», quien añadió que observaba una «ruptura del libre comercio».
En este contexto, representantes del sector industrial y comercial han pedido al Gobierno salvadoreño que busque soluciones diplomáticas y comerciales para mitigar el impacto del arancel. También se ha sugerido fortalecer el mercado interno y diversificar destinos de exportación como parte de una estrategia de respuesta ante posibles cambios en la política exterior estadounidense.
Mientras tanto, la incertidumbre prevalece entre los exportadores, quienes temen una reducción en su competitividad y un golpe directo al dinamismo económico nacional.