Una vista a la costa oriental salvadoreña. Cortesía.

Banco Mundial recorta a 2,2 % el crecimiento proyectado para El Salvador en 2025

El FMI también redujo su previsión de crecimiento de la economía para El Salvador.
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San Salvador. El Banco Mundial redujo su estimación de crecimiento económico para El Salvador en 2025, ubicándola en un 2,2 %, medio punto porcentual por debajo del pronóstico anterior.

Este ajuste posiciona al país con la tasa de crecimiento más baja entre las economías centroamericanas.

La revisión responde a un entorno regional y global menos favorable, sumado a limitaciones internas como la baja inversión productiva, restricciones fiscales y una débil diversificación económica. Estos factores continúan frenando la capacidad del país para sostener un crecimiento económico más acelerado.

El Salvador enfrenta además el desafío de mantener el dinamismo en un contexto donde el consumo depende en gran medida de las remesas y donde las exportaciones aún no logran consolidarse como un motor estructural de crecimiento. Aunque se prevé una ligera mejora hacia 2026, con una expansión estimada en 2,4 %, la economía se mantiene por debajo del promedio regional.

En contraste con esta tendencia, otros países del istmo muestran mejores perspectivas, lo que resalta la urgencia de implementar medidas que impulsen la productividad, modernicen el aparato económico y fomenten mayor inversión tanto pública como privada.

El país necesitará enfocarse en reformas que potencien su competitividad y sostenibilidad fiscal si desea revertir esta desaceleración. Mientras tanto, las proyecciones actualizadas reflejan un año 2025 moderado para la economía salvadoreña, en medio de un contexto internacional incierto y presiones internas persistentes.

Esta previsión se une a la hecha por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que también redujo su proyección de crecimiento económico para El Salvador en 2025, ubicándola en un 2,47 %.

El nuevo cálculo representa una disminución respecto al 3 % que había previsto anteriormente el organismo internacional.

El ajuste responde a un contexto global complejo, marcado por la desaceleración económica mundial, tensiones geopolíticas y condiciones financieras más restrictivas.

A nivel interno, El Salvador también enfrenta retos derivados del plan de ajuste fiscal acordado con el propio FMI, el cual contempla una combinación de reducción del gasto público e incremento de ingresos equivalente al 3,5 % del Producto Interno Bruto en los próximos tres años.