San Salvador. El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, aseguró que El Salvador incrementó en un 10 % la capacidad de sus plantas geotérmicas.
Esto se ha hecho “esencialmente reciclando el vapor de agua en un ciclo binario”, indicó el mandatario, quien ascendió al poder por segunda vez consecutiva el pasado 1 de junio.
Según la Unidad de Transacciones (UT) El Salvador generó 132,10 Gigavatios por hora (GWH)de energía geotérmica en enero, redujo a 123,90 GWH en febrero, volvió a aumentar a 130,90 en marzo y reportó 121,10 GWH en abril.
El Salvador tiene dos centrales geotérmicas, una ubicada en Ahuachapán, en el occidente salvadoreño y otra en Berlín, al oriente del país. La primera tiene una potencia instalada de 95 megavatios y genera el 10,6 % de la energía de todo El Salvador.
La central de Berlín tiene una potencia 110 mevatios y genera el 12,3 % de toda la energía del país. Ambas son administradas por la empresa LaGeo, subsidiaria de la Comisión Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL).
La geotermia es el calor de la tierra, un fenómeno natural asociado a la actividad volcánica, y aunque no estén conectados a una cámara magmática, el calor proviene de esta. En El Salvador este fenómeno está a lo largo del país y su cadena volcánica (el país tiene más de 200 volcanes) que poseen campos geotérmicos conocidos como los Ausoles de Ahuachapán, El Tronador en Berlín, y los infiernillos de San Vicente.
En 2021, el presidente Bukele aseguró que explotaría este potencial del volcán inactivo de Conchagua para generar energía y minar bitcoin, una criptomoneda que desde ese año es moneda legal en el país.
Además de la geotermia, la matriz energética salvadoreña se compone por la energía hidroeléctrica, térmica, búnker, solar y eólica.
En agosto del año pasado, el Comité Directivo del Mercado Eléctrico Regional, Edgardo Calderón, dijo que El Salvador incorporaría 30 megavatios (MW) de energía geotérmica en los próximos tres años.