San Salvador. Construir una línea ferroviaria que recorra 342 kilómetros en El Salvador es uno de los planes que el gobierno mantiene, para la implementación del Tren del Pacífico, con ello recuperar los servicios de trenes que fueron suspendidos hace dos décadas.
Aunque la idea inicial es que el Tren del Pacífico conecte desde el oriente hasta el occidente salvadoreño, sus fases de construcción han sido determinadas por un estudio; la primer etapa será conectar el occidente, desde el departamento de Sonsonate hacia la capital, San Salvador. Esta primera etapa está comprendida en la conectividad logística y de pasajeros.
Esta primer etapa tendrá una inversión de us$300 millones y se construirán 103 kilómetros de red ferroviaria, según el Ministerio de Obras Públicas.
Precisamente, a finales de 2023, el gobierno se comprometió a invertir us$1.800 millones en infraestructura ferroviaria en los próximos 10 años, dentro del Plan Maestro Regional de Movilidad y Logística 2035.
El gobierno pretende que la red ferroviaria del Tren del Pacífico se conecte a otros proyectos de trenes de la región.
A paso lento
La promesa del Tren del Pacífico fue lanzada en 2019 durante la campaña del actual presidente de la República, Nayib Bukele, sin embargo, es apoyada por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), quien aprobó una cooperación técnica de us$450.000, junto a la República de Corea, para la consultoría de la obra.
Y tras el lanzamiento del proyecto en septiembre de 2019, el estudio de factibilidad estuvo listo hasta septiembre de 2022. En abril de ese último año mencionado, la Asamblea Legislativa aprobó leyes para dar viabilidad a la construcción del Tren del Pacífico, donde se autorizó omitir procedimientos de la Ley de Adquicisiones y Contrataciones de la Administración Pública y la posibilidad de expropiar inmuebles para construir el proyecto.
Y aunque hay anuncios de estar cerca del inicio del primer tramo, lo cierto es que ésta aún no inicia.
El trenvía inició en 1872 en El Salvador, pero no fue hasta 1882 que llegó el tren. Casi un siglo más tarde, en 1974, la administración de los trenes fue dada a la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (Cepa), pero a partir del conflicto armado en 1980, los servicios cayeron. En 2002, los servicios de trenes fueron suspendidos indefinidamente y en 2015 se convierten en museos.