Banco de España

España lidera el crecimiento económico en Europa

Se posiciona como el país con mayor tasa de crecimiento en 2023 y aspira a repetir ese dato en 2024.
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Los analistas e instituciones económicas no ocultan su sorpresa por la estabilidad de la economía española en un contexto de debilidad o incluso recesión en otros países de la Unión Europea.

La última entidad que ha certificado la salud de las cifras macroeconómicas es el Banco de España, guardián de la ortodoxia financiera y conocido por el rigor de sus cálculos. En su último informe de previsiones ha elevado tres décimas la previsión de crecimiento en 2024 hasta el 1’9% del Producto Interior Bruto (PIB)

La estimación de la entidad reguladora se suma a todos los organismos que ya han rectificado al alza sus previsiones, considerando los primeros indicadores del primer trimestre del año. Lo hizo la OCDE que elevó recientemente el crecimiento español hasta el 1’5% o el prestigioso informe de FUNCAS (Fundación de las Cajas de Ahorro) que coincidió en una estimación del 1’9%. En línea con estas mismas previsiones la agencia crediticia Moody´s ha elevado la calificación de la deuda española de estable a positiva.

Este crecimiento se registra en un entorno de debilidad que consolida a España como la economía más firme de Europa, al igual que ya ocurrió en 2021 y 2022. Sirva como referencia que la economía alemana, considerada tercera economía del mundo y la locomotora económica europea por su solidez industrial y exportadora, se contrajo un 0’3 % en 2023. En ese mismo periodo la economía española aumentó un 2’5%.

Sin embargo, estos datos también confirman que la economía española ha frenado su crecimiento respecto a 2023 y que se ha contagiado del declive internacional. De hecho, los informes citados dan por hecho que ese crecimiento se basará casi exclusivamente en la demanda interna, es decir: el consumo y la inversión. El otro factor clave, la demanda externa, apenas registrará aumento. Esto quiere decir que las exportaciones españolas, fundamentales en la mejora macro de los últimos años, se han estancado a consecuencia de ese clima de apatía europea.

Los otros datos que ensombrecen el panorama español son la inflación y la renta per cápita. Aunque los precios se han moderado respecto al 10 % que se llegó a alcanzar a finales de 2022, las previsiones sitúan el índice de la canasta básica en 2024 entre el 2´5 y el 3%, ligeramente superior al 2% que el Banco Central Europeo considera óptimo.

El otro elemento negativo es la renta per cápita española, que actualmente lleva dos décadas frenada. Según las previsiones de la OCDE tampoco mejorará en los próximos años. La renta según el PIB per cápita mide la distribución real de la riqueza nacional entre sus habitantes. En el caso de España, la población ha retrocedido en renta y se sitúa en los niveles de hace dos décadas respecto a le media de la Unión Europea.

Este dato es significativo, ya que evidencia como la economía macro no tiene un reflejo automático en la economía micro, que es la realmente influyente para determinar si el crecimiento es equitativo. Un dato negativo como el español es síntoma de aumento de la desigualdad y de la creación de bolsas de pobreza.