China elige España para instalar su primera fábrica de vehículos eléctricos en Europa

El fabricante Chery anunciará el próximo 19 de abril, junto al presidente del Gobierno español Pedro Sánchez, el proyecto de producción de automóviles en la antigua fábrica de Nissan en Barcelona. Esta nueva planta representará la entrada del gigante asiático en el mercado automovilístico europeo.
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El fabricante chino, con más de 20 años de desarrollo, dispone de marcas como Chery, Omoda, Exeed, Arrizo, Tiggo, Jaecoo, iCar o Luxeed. Su objetivo es aterrizar en España con unos 80 concesionarios y posteriormente expandirse por Europa.

En España operará inicialmente bajo la marca Omoda. Su bautismo será el Omoda5, un SUV mediano que actualmente se vende en formato de gasolina pero que contará con su propia versión eléctrica (Omoda E5) Actualmente, la unidad con motor de combustión se vende por un precio ligeramente superior a los us$ 23.000. Se prevé que la versión eléctrica fabricada en España salga al mercado por us$ 39.000, y una autonomía de 430 kilómetros.

Chery cuenta con más de 5.000 empleados y tiene una fuerte presencia en el sur de Asia, Latinoamérica y Oriente próximo. La planta de la Zona Franca de Barcelona dará empleo a unas 1.000 personas, la mayoría antiguos trabajadores del fabricante japonés Nissan, que abandonó definitivamente su fábrica de Barcelona a finales de 2021.

En octubre de 2024 llegarán otras dos nuevas marcas del grupo (Tiggo y Cougar), mientras que en 2025 lanzará en algunos mercados del norte de Europa otra serie,  que probablemente se llamará Exeed . Dicha firma competirá con las marcas de lujo europeas y comercializará únicamente modelos eléctricos.

La firma es el gran fabricante de vehículos de China, en sus distintas versiones de motorización. Cuenta con más de 13 de millones de clientes en todo el mundo, particularmente en Asia y América. En 2023 vendió 1’8 millones de unidades, un 52% que en el año anterior.

El siguiente fabricante chino de coches eléctricos que abrirá centro de producción en Europa es BYD, que ha elegido Hungría para establecer su base de operaciones. De esta manera, China irrumpe con paso firme en un continente ahora ajeno a los competitivos precios y modelos de los fabricantes chinos, en parte por barreras políticas y en parte por el recelo del consumidor europeo.