Calle en barrio de Salamanca, Madrid. Foto: Turismo Madrid

Madrid es la nueva Miami: el barrio de Salamanca, refugio dorado para inversionistas latinoamericanos

Un porcentaje importante de estos nuevos compradores son mexicanos, venezolanos, colombianos y argentinos
0 Shares
0
0
0
0

Madrid se ha convertido en los últimos años en foco de atracción de las principales fortunas de Latinoamérica. El objeto de sus inversiones es la compra de viviendas en el barrio de Salamanca, un distrito exclusivo en el centro de la ciudad, que ha multiplicado sus precios a medida que ha aumentado la demanda procedente del otro lado del Oceáno. Ya se llama a este oasis inmobiliario la nueva Miami.

 

El barrio de Salamanca es un distrito exclusivo del centro de Madrid. Fue diseñado por el marqués del mismo nombre en el siglo XIX, persona de la máxima confianza de la reina Isabel II y uno de los hombres más adinerado de su tiempo. Ya en sus inicios fue concebido como un núcleo urbano bendecido por la prosperidad y destinado a las familias más ilustres y mejor relacionadas con la monarquía y el dinero. Siempre llevó asociado a su ubicación el marchamo del privilegio.

El barrio de Salamanca, hoy distrito urbano, acoge desde hace 170 años a miembros de la aristocracia, la alta burguesía y los apellidos más reconocidos del empresariado. Sus viviendas amplias, de fachada señorial y accesos nobiliarios fueron siempre prohibitivos para las familias de clase humilde y media.

Salamanca ha sido sinónimo de distinción mucho antes de convertirse en el barrio de moda de la ciudad. Alberga dos de las calles más cotizadas de la capital, Serrano y Velázquez, – son también dos de las arterias más caras de Europa – que, a su vez, incluyen la conocida milla de oro por la proliferación de boutiques de lujo, restaurantes galardonados con estrellas michelín y el precio exorbitante del metro cuadrado de cualquier inmueble.

Desde hace unos 10 años, 20 si nos remontamos a la última burbuja inmobiliaria, el ascenso imparable del ladrillo ha elevado aún más su condición de barrio inaccesible para los patrimonios medios.

Ahora se suma, además, otro factor de encarecimiento: su atractivo para millonarios extranjeros que han entendido la compra de una vivienda en el rincón más preciado de Madrid como un bien de lujo para acreditar su estatus social y económico. Una vivienda de 250 metros cuadrados frente al Retiro se ha convertido en un escaparate de riqueza como lo es un vehículo de alta gama, un reloj de firma, una finca de recreo o una embarcación de ensueño.

El desembarco latino

Un porcentaje importante de estos nuevos compradores – algunas inmobiliarias lo cifran en más del 20 por ciento – proceden de Latinoamérica. Mexicanos, venezolanos, colombianos y argentinos son por este orden los nuevos apellidos ilustres de un barrio que ha emprendido también su particular política de acogida. Todos ellos reúnen características comunes: no compran para especular sino como propiedad estable, suelen ser segundas residencias que ocupan poco tiempo al año, optan por viviendas de entre 200 y 250 metros cuadrados y el precio medio oscila entre los 2’5 y 3’5 millones de euros.

Hay varios factores que explican esta fiebre inmobiliaria en una zona que nunca ha necesitado de publicidad para difundir sus encantos. Salamanca es el barrio mejor situado de Madrid, al lado del amplio y hermoso parque del Retiro, junto al triángulo del Arte que conforman el museo del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza y el museo Reina Sofía, y en el entorno de llamado Paisaje de la luz, declarado patrimonio mundial de la Humanidad en 2021.

Se da otro factor determinante, menos publicitado, pero profundamente apreciado por sus nuevos inquilinos: la seguridad. El barrio de Salamanca es una zona relativamente tranquila respecto a los índices de delincuencia, como lo es el conjunto de Madrid comparativamente con otras metrópolis de Europa y América.

Para una persona acostumbrada en su país de origen a vivir en permanente vigilancia, custodiado por seguridad privada y residiendo en núcleos cerrados y protegidos, la libertad de poder caminar con tranquilidad incluso a altas horas de la noche es un bien intangible pero muy valorado.

Así pues, el Barrio de Salamanca ha conseguido triangular una oferta irresistible para los patrimonios nómadas de Latinoamérica: el lujo, la oferta cultural- gastronómica y la seguridad. Todo ello a un precio que, si bien es astronómico para una renta media, sigue siendo relativamente accesible en comparación con ciudades como Londres, París o Nueva York.

Sumemos a ello un clima amable, la idiosincrasia acogedora de la ciudad, la facilidad de un idioma común y el propio atractivo turístico del conjunto de España, en cuyo centro geográfico se sitúa Madrid.

La suma de todos estos factores ha multiplicado el efecto llamada y ha convertido al barrio de Salamanca en la nueva meca del empresariado latinoamericano más pudiente.

Muchos vecinos veteranos y también muchos de sus nuevos inquilinos ya lo llaman la nueva Miami.

La fiebre del ladrillo en el oasis verde de Madrid

La consecuencia es que el barrio registra incrementos anuales de los precios próximo a los dos dígitos desde hace una década, y casi nunca por debajo del 5 por ciento.

Según el principal portal inmobiliario español, El idealista, el precio del metro cuadrado en el barrio de Salamanca se situaba en noviembre de 2023 en unos 7.000 euros, casi duplicando el promedio de Madrid ciudad, que se sitúa en 4.064 euros/metro cuadrado. Sin embargo, esta cifra es una estimación media que no mide con precisión el valor real de las zonas más cotizadas del barrio de Salamanca, las más demandadas precisamente por los nuevos inversores.

El precio real de una vivienda reformada asciende a 10.000 euros el metro cuadrado, y puede llegar a 20.000 en una zona de singular demanda como lo son las vistas al parque del Retiro, un ático con terraza, un edificio de especial protección o ubicado en las principales calles del distrito.

En consecuencia, una vivienda de unos 200 metros cuadrados reformada en una zona con alta demanda y con buenas vistas, oscila entre los dos y los cuatro millones de euros, ya en función de otros criterios como la distribución interior, la calidad de los elementos de construcción, el mobiliario o la decoración.

Una de las agencias inmobiliarias más activas en el distrito, GILMAR, es especialista en la compraventa de viviendas de lujo. Ha cerrado 2023 como un año récord en ventas y en volumen de facturación. Su director Tarek Mure reconoce que el potencial del distrito crece cada año y ya es difícil encontrar viviendas a la venta que bajen de los dos millones de euros. Su oficina es uno de los principales intermediarios en la compra de este tipo de inmuebles. “El posible comprador de Latinoamérica viene buscando una buena zona en el distrito de Salamanca, no quiere otro lugar. Si le ofreces otra zona que reúna condiciones parecidas lo rechaza”.

En 2023 el incremento del metro cuadrado en el conjunto del barrio de Salamanca ha superado el 7 por ciento frente al 3’8 por ciento de promedio en la ciudad. De nuevo las cifras de Salamanca casi duplican en coste y rentabilidad a las de todo Madrid.

Se produce también un efecto contagio en otros distritos próximos, como Retiro o Chamberi, de por sí considerados barrios cotizados pero que ahora se han sumado al incremento indefinido de precios, aupados por la creciente demanda y por un segundo nivel de inversores que no pueden permitirse la exclusividad de Salamanca, aunque sí zonas próximas con características similares.

Este fenómeno es nuevo en Madrid, donde la tendencia de los patrimonios más adinerados era concentrarse en zonas exclusivas, vetadas al público general y normalmente alejadas del centro de la ciudad, como la Moraleja, al norte de Madrid, o la Finca, un área exclusiva en el oeste de la ciudad, lugar de residencia de numerosos artistas y futbolistas, como fue el caso de Cristiano Ronaldo durante su estancia en el Real Madrid.

El barrio de Salamanca nunca ha dejado de ser una seña de distinción del Madrid más exclusivo, pero ahora ha traspasado fronteras, se ha universalizado como referencia de lujo y se ha convertido en el barrio de moda. Quizá porque el lujo es inmune a las crisis, se multiplica en ellas, y tampoco pasa de moda.