Dos de cada cinco restaurantes de Washington DC afirman que podrían cerrar para finales de año, es decir, el 40% de los establecimientos del sector gastronómico de la ciudad. Foto: Stornia

El 40% de los restaurantes de Washington DC podría cerrar antes de fin de año

Los despidos masivos en las agencias federales y el cierre de algunos fondos claves como el Fondo de Instituciones Financieras para el Desarrollo Comunitario y la Agencia de Desarrollo de Empresas Minoritarias ha provocado un sentimiento de un futuro sombrío que no solo afecta el empleo sino también el sector inmobiliario y las pequeñas empresas.
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Este 2025 arrancó para muchos con “el pie izquierdo” en la capital estadounidense. La llegada de la nueva administración Trump y los cambios que hace en Washington DC para “acabar con la burocracia”, como lo ha prometido el propio presidente Donald Trump, ha sacudido la ciudad.

Los despidos masivos en las agencias federales y el cierre de algunos fondos claves como el Fondo de Instituciones Financieras para el Desarrollo Comunitario y la Agencia de Desarrollo de Empresas Minoritarias ha provocado un sentimiento de un futuro sombrío que no solo afecta el empleo sino también el sector inmobiliario y las pequeñas empresas.

Según una encuesta reciente, dos de cada cinco restaurantes de Washington DC afirman que podrían cerrar para finales de año, es decir, el 40% de los establecimientos del sector gastronómico de la ciudad. La Asociación de Restaurantes del Área Metropolitana de Washington encuestó a más de 200 restaurantes entre enero y febrero.

El año pasado, Washington DC registró el mayor número de cierres de restaurantes, pero también el mayor número de aperturas. Según la Asociación, los comensales optaron por quedarse en casa en medio de la inflación, sin embargo, este año, la situación es diferente.

Los despidos masivos que superan los 200.000 empleados federales, el cierre de agencias públicas y la cancelación de cientos de negocios del gobierno con contratistas, supone una reducción del número de personas que transitan la ciudad, menos gasto de lobby en restaurantes y menos propinas.

Esto se traduce en una presión y aumento en los costos laborales de los establecimientos.  «Hace un par de años se aprobó la Iniciativa 82 y hemos visto un aumento en los costos laborales. Si sumamos todo esto, ha sido un momento extremadamente difícil», dijo Eric Heidenberger, copropietario de DC Restaurant Group, que emplea a 250 personas. «Llevamos 45 años operando; nunca habíamos visto una racha como esta en nuestra historia«.

Shawn Townsend, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Restaurantes del Área Metropolitana de Washington, aseguró que “estos son problemas reales para todos, independientemente de la categoría de restaurante. Los márgenes de beneficio ya son muy estrechos en la industria restaurantera, ya sea un restaurante de cinco estrellas o una sandwichería en el centro».

Townsend dijo que la Asociación está actualmente trabajando con funcionarios del Congreso para definir cambios en las políticas que apoyen a los restaurantes locales.

El Director Financiero del Distrito estima que los recortes de empleos federales conducirán a una disminución de us $342 millones en los ingresos de la capital estadounidense.

En la semana de febrero, las solicitudes de subsidio por desempleo en el Distrito de Columbia aumentaron un 25% con respecto a la semana anterior y se cuadruplicaron con respecto al año anterior, y esto es solo el comienzo. El director financiero del distrito ha pronosticado que la ciudad, donde el gobierno federal representa aproximadamente una cuarta parte de todos los salarios, podría perder hasta 40.000 empleos en los próximos años, más de una quinta parte de su total, lo que, según estima, costaría a la ciudad más de us$1.000 millones en ingresos.

Las consecuencias se están extendiendo a los estados vecinos de Maryland y Virginia, una región donde casi una décima parte de todos los empleos pertenecen al gobierno federal, sin mencionar las decenas de miles de personas que trabajan para contratistas que dependen del gasto federal.