No es una victoria total, pero sí un importante precedente en para la gran batalla legal sobre copyright y el entrenamiento de las inteligencias artificiales. Dos tribunales federales estadounidenses acaban de dictaminar que incluir obras protegidas en las bases de datos de estos algoritmos es un uso legítimo, aunque sus autores estos no hayan dado permiso para que se usen con este fin.
“Los autores no pueden excluir legítimamente a nadie del uso de sus obras para la formación o el aprendizaje como tal”, escribió Alsup. “Todos leen textos y luego escriben nuevos. Es posible que tengan que pagar para acceder a un texto en primer lugar. Pero obligar a alguien a pagar específicamente por el uso de un libro cada vez que lo lee, cada vez que lo recuerda, cada vez que lo utiliza posteriormente para escribir cosas nuevas de formas nuevas, sería impensable”.
No obstante, uno de los jueces responsables de esas decisiones ha ido más lejos que el otro a la hora de especificar cómo deberían haberse adquirido esas obras, ya que considera fundamental que las empresas de IA hayan pagado por ellas en primer lugar. Así lo ha dispuesto el juez William Alsup, del Distrito Norte de California, en un caso que implicaba a Anthropic, la tercera gran empresa en la carrera de la IA tras OpenAI y Google. Anthropic fue demandada el año pasado por tres escritores que la acusaron de incluir sus libros pirateados en el entrenamiento del modelo Claude sin consentimiento.
La compañía ha podido demostrar que realmente había comprado algunos de los libros en los que se basaba la demanda. Lo hizo en su formato físico, desencuadernándolos y escaneado sus páginas una a una e incluyéndolas en las bases de datos de Claude. Esta práctica, para el juez, constituye un “uso justo” de las obras, aunque Anthropic no recabara el visto bueno de sus autores previamente.