Washington DC: ¿Están los estadounidenses experimentando el sueño latinoamericano? Mientras Estados Unidos lucha por controlar el flujo migratorio irregular proveniente de Centroamérica y Suramérica, hay un nuevo flujo migratorio a la inversa, esta vez legal, entre los norteamericanos que buscan mudarse a países como México, Colombia y Chile en la era de los trabajadores remotos, que aunque existían antes de la pandemia, se incrementaron con las restricciones por el coronavirus que promovían el trabajo desde casa. Se trata de profesionales que trabajan de forma remota desde cualquier lugar del mundo, o nómadas digitales, como ahora se les conoce.
Muchos empezaron huyendo de las grandes urbes con una alta inflación y precios de renta por las nubes, para hacer teletrabajo desde ciudades estadounidenses con costo de vida más bajo. Pero ahora, con salarios dolarizados, los nómadas digitales encuentran más ventajas en los países latinos, en la misma zona horaria, donde es más barato vivir y a la vez aprenden de un entorno culturalmente diferente.
Carolina Cantillo, es una ciudadana estadounidense, profesional en diseño digital y mercadeo. Llevaba más de 20 años viviendo en Miami, a donde llegó para construir una vida al lado de su familia, luego de que por razones de seguridad tuviera que huir de su natal Colombia.
Cansada de los altos costos, desde 2018 decidió irse de la ciudad, considerada hoy una de las más caras de Estados Unidos y la más afectada por la inflación, según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con el más reciente informe bianual, mientras el índice de precios al consumidor interanual se ubicó en un 3.2% en febrero en en el país, en el área urbana de Miami, el informe de BLS, ubica la inflación interanual en 4.90% en el último mes, lo que la pone por encima del nivel nacional y la convierte en el área metropolitana con la inflación interanual más alta.
Cantillo decidió trasladarse de nuevo a Bogotá, desde donde trabaja como directora creativa para una compañía de productos de belleza de venta directa en Estados Unidos y Europa.
«En ese entonces no teníamos la inflación que actualmente tenemos en Estados Unidos, pero en ese momento la renta de mi apartamento estaba en us$2.500, un apartamento pequeño. Ahora ese mismo apartamento está en us$4.000 o us$5.000, en contraste con un apartamento en Colombia donde yo pago el equivalente a us$800 en un buen sector de la ciudad», dijo Cantillo.
Agregó que «no solo es el costo de un apartamento, sino que aquí no dependo de un vehículo, allá (en Miami) sí. Y no solo es el carro, sino también el seguro del vehículo. Además está el seguro médico, en Colombia yo pago una fracción de lo que costaría un seguro de salud en Estados Unidos, me costaría por mi edad unos us$400, aquí yo pago us$120».
Para Cantillo, vivir en Colombia no solo representa un ahorro personal en sus gastos, sino la oportunidad de ayudar financieramente a su mamá quien reside en Boca Ratón, Florida y actualmente enfrenta una batalla contra el cáncer. «Ella no puede trabajar, entonces con mi salario la he podido apoyar económicamente, pago mis gastos aquí pero también sus cosas allá para que pueda estar tranquila en medio de su tratamiento y de su enfermedad».
Los países latinoamericanos, en particular, son ideales para acoger esta tendencia, de extranjeros con trabajo remoto, ya que comparten zona horaria con Estados Unidos. El número de empresas norteamericanas con trabajadores remotos en Centroamérica y el Caribe, por ejemplo, ha crecido un 300% entre 2020 y 2023, según una nueva investigación de Lightcast, una compañía de consultoría laboral.
Tres de los 10 principales puntos de acceso de nómadas digitales del mundo se encuentran en América Latina: México, Costa Rica y Colombia, según los autores del Libro Blanco de Visa Nómada Digital, publicado en diciembre pasado por la consultora Remote Commons.
La inseguridad en América Latina, un obstáculo para el crecimiento económico
Después de seis años como «nómada digital» en Colombia, Cantillo asegura que no se siente plenamente convencida de mantenerse en Colombia durante otro año más. La creciente problemática de seguridad en Bogotá, la obliga a replantear su estadía en la capital colombiana.
«Aquí hay un problema grave de inseguridad y por esta razón a finales del año voy a regresar a Estados Unidos, para estar con mi familia. Ya no me siento segura aquí, siento que es el momento de regresar. No quiero estar viviendo con esta incertidumbre del temor de llamar a un taxi y no saber si me pueda pasar algo, o si me subo a un Uber y me puedan hacer un paseo millonario», dijo Cantillo.
Recientemente el Departamento de Estado de Estados Unidos alertó a sus ciudadanos que quieran viajar a Colombia, debido «la continua amenaza del crimen» y los recientes hechos de inseguridad que se han se han presentado en el país suramericano, el cual tiene un nivel 3 de alerta debido a la delincuencia y el terrorismo.
El comunicado hizo referencia particularmente a los «robos llevados a cabo por individuos armados en populares restaurantes, cafés y cervecerías de Bogotá», a los que acuden turistas y la comunidad de expatriados.
La pugna de países por atraer los «nómadas digitales»
Alrededor de 70 millones de empleos en Estados Unidos son remotos. No existe una definición formal de capacidad remota, pero generalmente estos trabajos solo requieren de una computadora y una conexión a Internet para completar la mayoría de las tareas. No implican muchas reuniones presenciales y tampoco requieren acceso a una ubicación física específica, como un lugar de trabajo. La mayoría de juntas se pueden realizar por teléfono o videollamada.
Hablamos de ingenieros de sistemas, diseñadores, profesionales en mercadeo, contadores, especialistas en ciberseguridad, escritores, consultores, editores de video, animadores digitales, representantes de ventas, periodistas y asistentes virtuales, entre otras profesiones, que pueden hacer trabajo a distancia. Con el auge de esta nueva forma de vida, varios países del mundo comienzan a hacer campañas y generar beneficios, como visas especiales, para atraer estas personas a sus territorios.
Un nómada digital promedio gana entre us$50.000 y us$125.000 al año, según datos de FlexJobs. Cuando un salario mínimo en un país como Colombia o Brasil llega a menos de us$300 dólares al mes, es fácil entender por qué las autoridades locales podrían querer atraer inyección de capital de un nómada digital con alto poder adquisitivo.
Pero pasa también en los países desarrollados. Actualmente Japón, un país con estrictas medidas de migración, ha generado una visa para que “nómadas digitales» puedan residir en su territorio hasta por seis meses.
Portugal ofrece una visa de ingresos pasivos D7 para trabajadores independientes que es válida por un año. Puede renovarse dos veces, cada vez por dos años más. El visado cuesta us$90 y también hay una tasa de permiso de residencia de us$78.
Antigua y Barbuda, tiene un programa llamado Nomad Digital Residence, una visa válida por dos años y cuyo trámite cuesta us$1.500 por persona, mientras que parejas y familias de tres o más personas deben pagar us$2.000.
Las Bahamas, permite a los nómadas digitales trabajar de forma remota durante un año desde cualquiera de sus 16 islas. Los solicitantes aprobados deben pagar us$1.000 para recibir su permiso de Trabajo Remoto.
En México, con una Visa de Residente Temporal, los nómadas digitales pueden trabajar de forma remota dentro del país de 180 días a cuatro años, solo deben demostrar ingresos mensuales superiores a los us$2.500.
Se estima que actualmente 17,3 millones de estadounidenses combinan el trabajo remoto con viajes para convertirse en «nómadas digitales». Los trabajadores remotos a menudo deciden salir de viaje en busca de un mejor clima, un costo de vida más asequible y un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal, en honor a la frase «trabajar para vivir y no vivir para trabajar».