La tensa guerra comercial entre Estados Unidos y China, iniciada por el presidente Donald Trump, parece estar tomando un giro inesperado. En las últimas horas, el mandatario republicano dio señales de que su administración busca una salida negociada al prolongado conflicto arancelario con Pekín.
Recordemos que las imposiciones arancelarias afectaron al comercio y a las bolsas del mundo, generando una guerra comercial entre ambas potencias.
Durante un encuentro informal con periodistas en la Casa Blanca, Trump aseguró que su equipo mantiene conversaciones activas con el gobierno chino y se mostró optimista sobre el futuro de las relaciones bilaterales: “Vamos a tener un acuerdo justo”, afirmó.
Las declaraciones del presidente se producen en un contexto en el que los mercados financieros comenzaron a reaccionar positivamente, tras semanas de volatilidad provocadas por la escalada del conflicto. Las señales de un posible alivio comercial devolvieron cierta calma a los inversores.
Sin embargo, desde Pekín se toman estas declaraciones con cautela.
El giro discursivo de Trump coincide también con una publicación del Wall Street Journal, que revela que la Casa Blanca estaría considerando una importante reducción en los aranceles a China. Según el medio, se estudian varias alternativas, entre ellas aplicar un gravamen del 35% a productos considerados no estratégicos para la seguridad de EE.UU., y mantener un 100% a los de mayor sensibilidad. Estos aranceles se eliminarían gradualmente en un periodo de cinco años. No obstante, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, desmintió el informe.
Lo que sí dijo fue que “hay una oportunidad para un gran acuerdo”, lo que podría beneficiar a ambas economías.
