Las actas correspondientes a la reunión del 6 y 7 de mayo del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) fueron publicadas este miércoles. El Banco Central decidió dejar la tasa de referencia sin cambios siendo esta la tercera vez consecutiva, en el rango de 4.25% – 4.50%.
De acuerdo al informe, casi todos los 19 funcionarios de la Fed vieron un riesgo de que “la inflación podría resultar ser más persistente de lo esperado”. La decisión muestra que los funcionarios están cada vez más preocupados por la posibilidad de que confluyan dos males económicos: una inflación persistente junto a un aumento del desempleo. Este escenario, complejo por naturaleza, desafía las herramientas tradicionales de la política monetaria.
“Los participantes coincidieron en que, dado que el crecimiento económico y el mercado laboral siguen siendo sólidos y la política monetaria actual es moderadamente restrictiva, el comité está en buena posición para esperar a que se aclare el panorama de la inflación y la actividad económica”, se lee.
“El Comité podría enfrentar compensaciones difíciles en los próximos meses”, dice el documento, que subraya el potencial de tener que elegir entre controlar la inflación con tasas más altas o estimular la economía reduciéndolas para evitar un mayor deterioro del mercado laboral.
Los mercados anticipaban un recorte de tasas, sin embargo el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, señaló que las políticas arancelarias impulsadas por Donald Trump seguían en constante cambio, y que su impacto sobre la economía era todavía incierto.
Esto finalmente fue lo que llevó al Banco Central adoptar un enfoque más prudente del que los inversores esperaban, mostrándose cautelosos ante la inflación y los aranceles y esperando mayor claridad sobre el panorama económico.
Impacto: bonos subieron, las acciones bajaron
Aunque las preocupaciones de la Fed podrían haberse suavizado tras la decisión del entonces presidente Donald Trump de suspender, pero no eliminar, aranceles agresivos a las importaciones, incluido un impuesto del 145% a bienes procedentes de China, los riesgos no desaparecieron. En el momento de la reunión, estas amenazas agitaron los mercados: los rendimientos de los bonos subieron, las acciones bajaron y aumentaron las previsiones de recesión.
Las actas revelan que los funcionarios de la Fed estaban evaluando no solo el impacto directo de estas medidas, sino también la incertidumbre que genera el carácter volátil de las políticas comerciales, que afecta tanto a la inversión empresarial como a las expectativas del mercado.
La volatilidad reciente en el mercado de bonos también fue motivo de atención durante la reunión. Los funcionarios advirtieron que estos movimientos justificaban una estrecha vigilancia como posibles señales de tensión financiera. Un cambio en la percepción del dólar como refugio seguro, combinado con el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro, “podría tener implicaciones duraderas para la economía”, alertaron.
Entorno inestable
La Reserva Federal enfrenta una disyuntiva compleja. Si la inflación sigue alta mientras el desempleo aumenta, podría verse forzada a elegir entre dos caminos contrapuestos: endurecer la política monetaria para controlar los precios o aflojarla para evitar una mayor pérdida de empleos.
Aunque la economía de Estados Unidos demostró resiliencia desde la pandemia, los efectos de la política fiscal, el endurecimiento de condiciones financieras y los conflictos comerciales globales crearon un entorno inestable. A eso se suma un mercado laboral que comenzó a mostrar señales de enfriamiento y una inflación que no cede con la rapidez esperada.
La próxima reunión de la Fed, programada para mediados de junio, será clave para conocer si estos riesgos se materializaron o si las condiciones mejoraron lo suficiente como para evitar decisiones extremas.