Berlín, 28 ene (dpa) – La entidad opinó que, dado que se prevee que la economía mundial crezca un 3,2 %, Alemania sigue siendo por tanto uno de los países más rezagados en términos económicos.
«Estamos en crisis», declaró Peter Leibinger, presidente de la BDI. «El ambiente es miserable», agregó.
El año pasado, el PIB de la mayor economía europea se contrajo por segundo año consecutivo. Se espera que el Gobierno alemán revise mañana a la baja sus previsiones económicas. A continuación, el ministro de Economía, Robert Habeck, presentará el informe económico anual.
Según informaciones de dpa, el Gobierno únicamente espera un aumento del PIB del 0,3 % para el año en curso. En el otoño europeo, el Gobierno aún preveía un crecimiento del 1,1 %.
Según el BDI, Alemania atraviesa una profunda crisis económica. Leibinger citó la creciente burocracia, los altos precios de la energía y la escasez de mano de obra cualificada como factores que la causan. La competitividad de las empresas alemanas está amenazada, subrayó.
Leibinger instó al nuevo Gobierno a cambiar de rumbo para mejorar las condiciones de las empresas radicadas en Alemania. Explicó que las empresas necesitan señales de alivio rápidas y una «agenda decidida» para un mayor crecimiento.
También hoy, el instituto de investigación económica Ifo informó que el índice sobre las expectativas de exportación de las empresas alemanas cayó hasta los -7,3 puntos en enero, por los -6,1 puntos registrados en diciembre.
La entidad detalló que se trata del nivel más bajo en un año. Además, agregó, las expectativas de exportación de las empresas alemanas han ido cayendo de manera ininterrumpida desde mayo de 2023.
«El comienzo del año en el sector de la exportación ha sido desilusionante», declaró Klaus Wohlrabe, responsable de encuestas del Ifo. El experto añadió que el ánimo de las empresas se está viendo perjudicado por la amenaza de subir aranceles hecha por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Según el Instituto Ifo, la mayoría de los sectores prevén una caída de las ventas en el extranjero, y el clima empresarial es especialmente sombrío en la industria automotriz, clave para la economía alemana.
En el sondeo, tan solo unos pocos sectores, entre ellos los fabricantes de muebles, prevén un aumento de las exportaciones.