Los productores en Honduras claman precios justos con el café a us$400 en Nueva York

El volumen de la cosecha 2024-2025 se estima en 7 millones de quintales
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Tegucigalpa, 21 de febrero de 2025 – La caficultura en Honduras representa uno de los pilares más importantes de su economía, contribuyendo con más de 2,200 millones de dólares en divisas anuales, según proyecciones del Instituto Hondureño del Café (Ihcafe) para 2025.

Este sector emplea a miles de familias, especialmente en regiones como El Paraíso, Olancho, Choluteca y Comayagua, donde los pequeños y medianos productores enfrentan desafíos estructurales como precios injustos, falta de mano de obra, acceso limitado a mercados internacionales y condiciones climáticas adversas. Con una cosecha 2024-2025 que comenzó en octubre de 2024,

Honduras exportó hasta febrero de 2025 alrededor de 1.63 millones de sacos de 43 kg, un aumento del 8% respecto al año anterior, gracias a los precios históricos del café en la Bolsa de Nueva York, que alcanzaron los $431.95 por quintal el 10 de febrero de 2025. Sin embargo, los productores locales denuncian que estos altos precios no llegan a sus manos, siendo los intermediarios y las deducciones quienes capturan la mayor parte de las ganancias, lo que genera una profunda insatisfacción en el sector.

 

Precios históricos en Nueva York, pero desafíos locales

Los productores de café hondureños están enfrentando una contradicción: mientras el café se cotiza a niveles récord en la Bolsa de Nueva York, con un precio de $400 por quintal, los caficultores locales reciben significativamente menos, aproximadamente $100 menos por quintal, lo que equivale a más de 2,500 lempiras menos por quintal. Actualmente, los productores reportan que el precio recibido oscila entre 6,000 y 8,000 lempiras por quintal, un incremento desde los 4,000 lempiras de años anteriores, pero aún insuficiente para cubrir los costos de producción y generar ganancias justas. Ihcafe proyecta que las exportaciones de café generarán ingresos superiores a 2,200 millones de dólares en divisas para 2025, pero las familias cafetaleras insisten en que, sin un precio de referencia como el que tienen países como Colombia, Guatemala o Costa Rica, estos beneficios no llegan al primer eslabón de la cadena.

El mayor volumen de la cosecha 2024-2025, estimado en 7 millones de quintales para exportación, ya ha sido despachado, quedando solo las fincas de altura en su etapa final hacia el 15 de marzo. Hasta febrero, Ihcafe reportó exportaciones por 532 millones de dólares, un aumento del 84% frente al año pasado, con un precio promedio de exportación de $325 por quintal. Sin embargo, la presidenta de la Asociación Hondureña de Productores de Café (AHPROCAFE), Abby Lozano, lamentó que los precios históricos no lleguen a los productores, quienes ven cómo los intermediarios y deducciones —que pueden llegar a $100 por quintal— reducen drásticamente sus ingresos.

Reclamos de los productores y rol de Ihcafe

Productores como Fredy Pastrana denunciaron que las deducciones actuales, que antes eran de $35 a $40 por quintal, ahora alcanzan los $100, afectando gravemente sus ganancias. Pastrana destacó que este precio histórico, que no se veía desde 1977, podría no repetirse por décadas, por lo que insistió en la necesidad de un precio de referencia para garantizar equidad. En una reunión reciente con autoridades de Ihcafe y el ministro de Desarrollo Económico, Fredis Cerrato, los productores propusieron este mecanismo, pero recibieron una respuesta negativa, sugiriéndose que se conviertan en exportadores directos, una opción inviable para muchos pequeños productores que carecen de recursos y experiencia internacional.

El vicepresidente de Ihcafe, Mario Suazo, defendió la institución, argumentando que los productores no han modernizado sus sistemas de producción y que los precios pagos (entre 6,000 y 8,000 lempiras por quintal) son justos, considerando que el café se vende en diferentes estados (uva, pergamino húmedo, pergamino selecto) y que las deducciones por humedad, defectos y otros factores son legales.

Suazo también explicó que Ihcafe se sostiene con $1 por quintal exportado y el Fondo Cafetalero con $1.75, recursos que se destinan a investigación, formación y agencias técnicas, pero reconoció que los recursos son limitados frente a las necesidades del sector. Sin embargo, productores como Pastrana critican que Ihcafe no ha cumplido su rol regulatorio, incluso incumpliendo el artículo 77 del reglamento cafetalero, que le otorga la supervisión de la comercialización junto al gobierno.

Falta de apoyo gubernamental y retos del sector

Los caficultores también resienten la falta de apoyo del gobierno, especialmente de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), liderada por la ministra Laura Suazo, y de la presidenta Xiomara Castro, quien preside el Consejo Nacional del Café (Conacafé), pero no ha convocado reuniones recientes. Pastrana señaló que, además de los bajos precios, los productores enfrentan problemas como vías de acceso deficientes, ausencia de políticas de mano de obra y falta de calibración de básculas, lo que agrava la situación. La escasez de mano de obra, un problema recurrente, y la migración de trabajadores rurales a otros sectores o países, han afectado la producción, al igual que la falta de abono y apoyo técnico adecuado.

Reunión de emergencia para el futuro de la caficultura

El próximo 28 de febrero de 2025, productores de El Paraíso, Olancho, Choluteca y Comayagua se reunirán para debatir los retos de la caficultura, centrándose en si vale la pena seguir aportando al Ihcafe y al Fondo Cafetalero, que reciben anualmente alrededor de 270 millones de lempiras del sector. Los caficultores cuestionan estas contribuciones, argumentando que las instituciones no han protegido sus intereses en la comercialización ni en la infraestructura necesaria. Esta asamblea será clave para definir las estrategias futuras y exigir un mayor apoyo gubernamental, evitando que las fincas queden abandonadas y que la migración de productores continúe aumentando.

 

Este escenario pone en evidencia la necesidad urgente de políticas públicas que garanticen precios justos, modernicen la producción y fortalezcan la comercialización directa para los pequeños productores, quienes sostienen a más de 120,000 familias en Honduras. Mientras los precios internacionales del café ofrecen una oportunidad histórica, la realidad local sigue marcada por la desigualdad en la cadena de valor, dejando a los caficultores en una lucha por la supervivencia económica.