Marcela Ponce: “Para avanzar, necesitamos una banca que sea tanto asesora como financiadora de la transición sostenible”

Marcela Ponce, líder de Finanzas Climáticas en IFC, destaca que la banca en Latinoamérica debe apoyar la transición hacia la sostenibilidad, unificando financiamiento e innovación para enfrentar el cambio climático y promover un crecimiento inclusivo.
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América Latina enfrenta un momento crítico en el que el cambio climático y el financiamiento sostenible se cruzan de forma urgente. Con fenómenos extremos como incendios, sequías e inundaciones, los países de la región están cada vez más presionados a responder a desafíos que trascienden fronteras y economías.

Debido a esto, el financiamiento verde se presenta como una herramienta para mitigar riesgos y una oportunidad para impulsar un modelo de desarrollo sostenible en el que el sector financiero juega un rol clave.

Marcela, como líder de los Servicios de Asesoría en Finanzas Climáticas de la IFC en Europa, América Latina y el Caribe, aborda en esta entrevista los desafíos y las oportunidades que enfrenta la región en su camino hacia una economía resiliente y sostenible.

Marcela, como líder de los Servicios de Asesoría en Finanzas Climáticas para IFC en Europa, América Latina y el Caribe, ¿qué desafíos y oportunidades identificas actualmente en la región en cuanto a financiamiento sostenible?

El cambio climático es una realidad que impacta materialmente a nuestra región. Ejemplos recientes incluyen más de 8.000 incendios en El Pantanal, afectando 20.000 hectáreas en Paraguay durante la mayor sequía en 50 años; la crisis hídrica en México, con más del 65% del territorio en algún grado de sequía; y más de dos millones de damnificados por las inundaciones en el sur de Brasil.

Estos eventos subrayan la necesidad urgente de inversiones sostenibles, estimadas en 10 trillones de dólares al 2050, con 350 billones necesarios para América Latina a 2030. Los desafíos incluyen la seguridad alimentaria, con 7.7 millones de personas en Centroamérica experimentando altos niveles de inseguridad alimentaria en 2021, y los desplazamientos relacionados con el clima. Las oportunidades radican en movilizar financiamiento para mitigar estos riesgos y alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible.

La Asamblea de FELABAN reúne a actores clave de la banca en la región. Desde tu perspectiva, ¿cómo puede el sector financiero latinoamericano contribuir al desarrollo sostenible y qué rol específico crees que tiene IFC en este proceso?

El sector financiero latinoamericano puede y debe desempeñar un rol crucial en el desarrollo sostenible, ya que el 80% de la financiación de la economía proviene de la banca. Los bancos deben apoyar la transición a modelos de negocio sostenibles, que representa una oportunidad, así como gestionar los riesgos financieros relacionados con el clima. Estos riesgos pueden ser físicos, como la subida del nivel del mar y la escasez de agua, o de transición, como políticas de reducción de emisiones y activos estancados.

Abordando los riesgos y las oportunidades que trae el cambio climático, los bancos contribuyen al desarrollo económico sostenible, mientras aportan a la estabilidad del sistema financiero y a la sostenibilidad integral de sus clientes.

Desde IFC, colaboramos con Felaban desde 2016 para desarrollar capacidades en financiamiento verde, incluyendo la creación del Comité y Congreso de Finanzas Sostenibles e Inclusivas. La próxima edición del Congreso se celebrará en Santo Domingo, República Dominicana, el 14 y 15 de mayo de 2025, donde se discutirán nuevas tendencias y los resultados logrados por la banca latinoamericana.

IFC es reconocido por su capacidad para movilizar recursos de terceros. ¿Podrías contarnos cómo se traduce esta capacidad en impactos concretos para los países en desarrollo de América Latina? ¿Qué valor añadido ofrece IFC en este sentido?

En el año fiscal 2024, que terminó en junio, IFC comprometió 56 MM de dólares en inversiones, de los cuales 19 MM tienen un co-beneficio climático y 22,5 MM fueron movilizados de terceros, incluyendo 4.8 MM a través de alianzas público-privadas. Estos esfuerzos no sólo abordan el cambio climático, sino también promueven la igualdad de género, la transformación digital y otros temas que impulsan la prosperidad global.

La movilización de recursos acelera el impacto en sectores críticos, mejorando la vida de millones de personas. Anticipamos impactos significativos, como el acceso a servicios de agua, alcantarillado e higiene para 15 millones de personas, la reducción de 69 millones de toneladas de gases de efecto invernadero al año, y el acceso a electricidad para 164 millones de personas.

Sabemos que IFC suele trabajar en contextos desafiantes. ¿Qué factores consideras esenciales para generar impacto en entornos complejos y cómo IFC se adapta a estos?

Para generar impacto en entornos complejos, IFC considera esenciales varios factores y se adapta a estos desafíos mediante diversas iniciativas: (i) entender bien la problemática, tomando en cuenta el contexto socioeconómico y ambiental del país; (ii) crear soluciones a la medida, incorporando mejores prácticas a nivel global y los estándares de IFC tales como las normas de desempeños o las métricas para reporte de impacto de financiamiento de biodiversidad ; y (iii) apalancar a todas las instituciones del Grupo Banco Mundial, involucrando a actores clave de IBRD, IFC y MIGA para influir y obtener el mayor impacto posible.

Estos retos representan oportunidades para innovar en servicios financieros. Por ejemplo, el Livable Planet Fund, lanzado en abril de este año, ofrece a gobiernos, filántropos y otros socios la oportunidad de contribuir con recursos concesionales para países de ingreso medio, centrándose en proyectos que promuevan la sostenibilidad y la resiliencia climática. Además, el Private Sector Investment Lab, desarrollado en conjunto con el Grupo Banco Mundial y líderes globales del sector privado, busca soluciones para superar las barreras de inversión en mercados emergentes, facilitando la inversión privada en sectores críticos.

En resumen, la combinación de innovación en servicios financieros, colaboración y alianzas estratégicas, desarrollo de capacidades, enfoque en la sostenibilidad e inclusión, adaptación a contextos locales y movilización de recursos permite a IFC adaptarse y crear soluciones efectivas en contextos desafiantes, generando un impacto significativo y duradero en los países en desarrollo.

A nivel personal, ¿cuál ha sido una experiencia o logro reciente en tu rol que consideras particularmente significativo para la región?

Un logro reciente es el trabajo con instituciones financieras en productos innovadores como los bonos azules y de biodiversidad. Estos trabajos no solo se dedican a dirigir recursos hacia la sostenibilidad, específicamente en beneficio de los recursos hídricos y la naturaleza, sino que también incorporan actividades para fortalecer la capacidad técnica de las instituciones financieras y sus clientes, las empresas y los individuos.

Ver el crecimiento de la demanda de financiamiento sostenible desde el sector real y la sociedad, y saber de buena tinta la respuesta de los bancos, con nuevas ofertas de valor y levantamiento de fondeo temático, es muy gratificante. Además, el reconocimiento de Latinoamérica como una región innovadora en finanzas sostenibles es un logro significativo. La matriz de progreso de la Red de Banca y Finanzas Sostenibles (SBFN por sus siglas en inglés) sitúa a países como México, Colombia y Brasil en la etapa líder a nivel global en finanzas sostenibles.

La sostenibilidad financiera está ganando impulso en América Latina. ¿Cuáles son las estrategias clave que IFC recomienda para que los bancos locales puedan avanzar en la incorporación de criterios sostenibles en sus operaciones?

Para avanzar en la incorporación de criterios sostenibles en las operaciones de la banca en América Latina, hay varias estrategias clave que priorizaría:
Los bancos pueden actuar como asesores estratégicos y financiadores de la transición a modelos de negocio sostenibles, desempeñando un rol crucial en el desarrollo sostenible de la región y la estabilidad del sector financiero.

  • Tener una estrategia y ambición clara a largo plazo. Esto permite a las instituciones definir su propósito y nivel de ambición, considerar los riesgos materiales y comerciales a corto, mediano y largo plazo, y entender las implicaciones del desarrollo de productos verdes tanto en el activo como en el pasivo. Una estrategia clara permite a los bancos definir objetivos, métricas, gestionar el riesgo, construir la capacidad interna necesaria y alinear la estructura y los incentivos.
  • Tener un modelo de negocio consistente con esa ambición y propósito. Los bancos pueden desarrollar y ofrecer productos financieros que apoyen a sus clientes en la transición hacia operaciones más sostenibles. Por ejemplo, desde IFC ofrecemos ClimaLab, un programa de aceleración para instituciones financieras comprometidas en integrar la gestión de riesgos climáticos en su marco general de gestión de riesgos y alinearse con estándares internacionales. Además, IFC ha desarrollado guías como la “Net Zero Roadmap for Copper and Nickel Value Chains” para ayudar a las empresas a descarbonizar sus operaciones, lo que puede ser adaptado por los bancos para sus clientes industriales.
  • Buscar alianzas y colaboraciones que permitan acelerar el progreso y escalar los resultados e impacto. La colaboración con las cadenas de valor, los clientes, las comunidades donde operan, los gobiernos y las multilaterales como IFC es fundamental para implementar innovaciones colectivas y acelerar el progreso hacia finanzas más sostenibles. Estas alianzas permiten crear beneficios mutuos, cambios en las industrias, desbloquear nuevas oportunidades de mercado y abordar los retos ambientales, sociales y climáticos que pueden interrumpir las operaciones y las cadenas de suministro que financian.

¿Cuáles son las tendencias emergentes en la región en términos de inversión de impacto y finanzas sostenibles, y cómo crees que la Asamblea de FELABAN puede impulsar el diálogo sobre estas tendencias?

Existen grandes tendencias en la economía global, siendo el clima una de las más significativas. Sin embargo, también hay otras tendencias importantes como la demográfica y la emergencia de la tecnología, y todas están estrechamente vinculadas.

En cuanto al clima, la adaptación al cambio climático y la descarbonización son temas cruciales, junto con la gestión de los riesgos climáticos por parte de las instituciones. Desde el punto de vista demográfico, las crecientes problemáticas de migración, a menudo vinculadas al cambio climático, hacen indispensable la creación de soluciones financieras que ofrezcan acceso a financiamiento a los migrantes. Finalmente, el uso de la tecnología y la inteligencia artificial tendrá un impacto significativo tanto en la productividad como en nuestra capacidad para acelerar y escalar las soluciones necesarias para enfrentar los retos globales.

En esta misma línea, durante la asamblea tendremos un desayuno para discutir sobre “Adaptación e inclusión: abordando los retos del cambio climático a través de la inclusión financiera”. Todos los asistentes de Felaban están invitados a este evento, que se llevará a cabo el martes 12 de noviembre a las 7 am en el Centro de Eventos La Galería.

Metas personales y profesionales en IFC para promover finanzas sostenibles

Involucrar a más actores, más profesionales, más sectores, más gobiernos y más ciudadanos con conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad y la urgencia de mitigar y adaptarnos al cambio climático a nivel global. Trabajar y participar en conversaciones con múltiples partes interesadas nos permitirá aprovechar mejor los recursos, habilidades y conocimientos colectivos, y apoyar el intercambio de nuevas ideas y pensamientos que nos lleven a cumplir con los objetivos globales de desarrollo sostenible.

Desde IFC Green Banking Academy, hemos entrenado a más de 40,000 profesionales de la banca, compartiendo estándares, innovaciones, ejemplos demostrativos y lecciones aprendidas. Estamos muy satisfechos con este impacto, y me gusta pensar que, junto con otras multilaterales, reguladores, bancos, sector real y sociedad, podemos hacer más y más rápido. Compromiso y colaboración son esenciales para enfrentar este reto.

Y por último, no debemos perder el enfoque holístico de la sostenibilidad y el cambio climático, considerando de manera integrada y simultánea los aspectos ambientales, sociales, económicos y de gobernanza, para lograr un desarrollo sostenible. Este enfoque nos ayuda a reconocer la interdependencia de estos factores y buscar soluciones que beneficien a todos los actores y componentes del sistema.

Como personas que trabajamos en la sostenibilidad, una meta colectiva seria la resiliencia, para tener la capacidad de adaptarnos, recuperarnos y seguir adelante frente a los desafíos y adversidades que presenta el cambio climático para nuestras economías.