Banco Santander anunció el cierre de 20 oficinas en Estados Unidos, lo que representa aproximadamente el 5% de su red en el país, según notificó a finales de abril a la Oficina del Controlador de la Moneda. La decisión responde a una estrategia global de optimización operativa y se suma a otras medidas similares adoptadas en Europa.
Santander cerrará oficinas en seis estados de EE. UU.
Los cierres se concentrarán en Massachusetts, Nueva Jersey, Pensilvania, Nueva York, New Hampshire y Rhode Island, donde la entidad cuenta con una fuerte presencia física. Esta reducción forma parte de un proceso de simplificación internacional que ha llevado al banco a reducir su huella física y centrarse en la eficiencia.
El ajuste no es aislado. En marzo, Santander cerró 95 sucursales en Reino Unido y anunció que cerca de 750 empleados podrían ser despedidos si prosperan las propuestas en consulta con los sindicatos.
Reajuste estratégico en el mercado internacional
A inicios de mayo, el grupo también vendió el 49% de su filial Santander Polska al Erste Group Bank por 6.800 millones de euros, una operación que refuerza su estrategia de reestructuración internacional.
En medio de este proceso, se ha especulado sobre una posible venta de su filial en el Reino Unido. No obstante, tanto portavoces del banco como la presidenta Ana Botín han negado esta opción en reiteradas ocasiones. “El Reino Unido no está en venta. Amamos ese mercado y seguirá siendo clave”, afirmó Botín en una entrevista a The Sunday Times.