México. PEMEX, la petrolera estatal dirigida por Octavio Romero Oropeza, reportó adeudos facturados con sus proveedores y contratistas por un total de us $6,830 millones en julio de este año. Esta cifra representa más del triple del monto adeudado dos años atrás, cuando en julio de 2022 la compañía tenía un saldo negativo de us $2,006 millones.
Fluvio Ruiz Alarcón, exconsejero indepeniente de Pemex, expresó su preocupación por la situación de la empresa, subrayando que los problemas financieros de la compañía se reflejan en los pagos a sus proveedores, muchos de los cuales también enfrentan dificultades, especialmente los pequeños que dependen en gran medida de la actividad de la petrolera.
Romero Oropeza explicó que este incremento en los pasivos se debe principalmente a las contrataciones de deuda realizadas durante las administraciones de 2006 a 2018, que duplicaron la deuda de la compañía.
«La acumulación de problemas en PEMEX viene desde 1981-1982, con la entrada en vigor de un régimen fiscal que nunca le favoreció y que siempre servía al gobierno federal para obtener ingresos destinados a otros rubros sociales y económicos, respondiendo a compromisos políticos,» explicó Ruiz Alarcón. Agregó que este régimen convirtió a PEMEX en la empresa más endeudada del mundo, sin mejorar sus finanzas, incluso en los años de mayores rendimientos.
Ruiz Alarcón también mencionó que el régimen fiscal que enfrenta PEMEX ha llevado a la economía mexicana a depender significativamente de los ingresos petroleros. En 2008, los recursos provenientes del crudo representaron el 42% de los ingresos públicos. Sin embargo, advirtió que este modelo fiscal ha llegado a sus límites, ya que México es uno de los países de América Latina que menos impuestos recauda en proporción a su PIB.
Finalmente, Ruiz Alarcón expresó su esperanza de que en un futuro cercano, la dirección de PEMEX sea asumida por alguien con conocimiento y visión para insertar a la empresa en la transición energética, dado que, en sus palabras, «como país con 125 años de historia petrolera, es una derrota que nuestro mercado siga siendo geológico y no científico.»