México. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante la primera mitad de junio, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un incremento quincenal de 0.17%, situando la inflación anual en 4.78%.
Este aumento marca una aceleración en comparación con la segunda quincena de abril, cuando la inflación se ubicó en 4.59%. Así, la inflación se mantiene fuera del rango objetivo del Banco de México (Banxico), establecido en 3% +/-1 punto porcentual. Analistas prevén que, ante este comportamiento, el Banxico mantenga su tasa de interés en 11% en la próxima reunión de política monetaria.
El reporte del INEGI señala que el rubro de servicios, dentro del índice subyacente –que excluye precios de bienes y servicios más volátiles–, sigue siendo la principal presión inflacionaria. En la primera quincena de junio, la inflación subyacente anual fue de 4.17%, ligeramente superior al 4.11% de la última quincena de mayo. Este incremento se debe principalmente a un aumento del 5.19% en los precios de los servicios, mientras que las mercancías subieron un 3.33%.
Analistas de Monex destacan que la inflación subyacente ha mostrado su primer aumento después de cinco quincenas a la baja. «Aunque se aceleró, el subyacente se mantuvo alrededor de su mínimo en más de tres años. El aumento se originó en las mercancías, que habían mostrado en mayo su menor variación desde 2016, debido a la dilución de choques anteriores como la pandemia y la guerra en Ucrania, además de la apreciación cambiaria», explicó Alejandro Saldaña.
A pesar de esto, Monex señala una divergencia entre el componente subyacente y el no subyacente. «Si bien las mercancías habían mostrado una tendencia a la baja, repuntaron en junio, añadiendo presión al componente subyacente, donde los precios de los servicios no ceden.»
En cuanto a la inflación no subyacente, esta se aceleró a 6.74% anual en la primera mitad de junio, superando el 6.10% de la quincena previa. Este aumento se debe a un incremento del 8.99% en los precios agropecuarios, destacando un alza del 17.28% en frutas y verduras. Los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno también contribuyeron con un incremento del 4.74%.