México. El mercado laboral en Estados Unidos ha mostrado signos de desaceleración, generando inquietud en diversas economías, incluida la mexicana. En julio, se crearon 114,000 empleos, una cifra considerablemente inferior al pronóstico de 175,000 realizado por analistas. A pesar de este enfriamiento, BBVA señala que aún es prematuro sugerir que el mercado laboral estadounidense se está desmoronando.
Para México, este comportamiento del mercado laboral en Estados Unidos es crucial, ya que impacta directamente en los ingresos externos del país.
Víctor Gómez Ayala, director de analítica de datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), destacó que un menor flujo de financiamiento externo hacia México se traduce en una menor disponibilidad de ingresos internos, afectando así la actividad económica. Además, mencionó que la salud del mercado laboral estadounidense es fundamental para explicar los flujos de financiamiento que México recibe a través de la balanza de pagos, en particular en el comercio internacional y las remesas, así como en la llegada de turistas estadounidenses.
Indicadores recientes de Banxico muestran una desaceleración en el crecimiento de remesas, exportaciones y ingresos por turismo en México, en comparación con años anteriores. Por ejemplo, en el primer semestre de 2024, las remesas crecieron solo un 3.6%, un aumento modesto en comparación con el 9.4% registrado en el mismo periodo de 2023.
Luis Gonzali, vicepresidente y director de Inversiones en Franklin Templeton México, señala que la debilidad observada en el mercado laboral estadounidense podría deberse a dos factores: la disminución en la contratación por parte de las empresas, o un aumento en la oferta de trabajo, probablemente impulsado por la inmigración. Aunque la tasa de desempleo ha aumentado, muchos analistas creen que esto se debe más a la segunda causa, en lugar de una debilidad económica generalizada.
BBVA coincide con esta evaluación, señalando que los factores del lado de la oferta han elevado la tasa de desempleo, pero aún no hay señales claras de una desaceleración pronunciada en la demanda laboral. Por lo tanto, el mercado laboral estadounidense aún no sugiere una recesión inminente, aunque su debilitamiento ya comienza a mostrar efectos en México.