Ciudad de México. Las exportaciones de automóviles eléctricos de México a Estados Unidos experimentaron un crecimiento exponencial durante el primer semestre de 2024, alcanzando un valor de 3,127 millones de dólares. Esta cifra representa un aumento del 170% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Durante el primer semestre de 2024, el país envió vehículos por un valor de 3,127 millones de dólares, lo que representa un incremento del 171.9% respecto al año anterior, según cifras del Departamento de Comercio estadounidense.
De mantenerse esta tendencia, México podría desbancar a Alemania y convertirse en el principal exportador de vehículos eléctricos a Estados Unidos este mismo año. La profunda integración en las cadenas de suministro regionales, gracias al T-MEC, ha atraído inversiones clave de gigantes automotrices como BMW y Audi, consolidando a México como un líder emergente en la movilidad eléctrica de Norteamérica.
China desciende a la novena posición
La competencia en el mercado de exportación de vehículos eléctricos a Estados Unidos es cada vez más reñida. México ha logrado posicionarse en el segundo lugar, detrás de Alemania, con exportaciones valoradas en 3,127 millones de dólares en el primer semestre de 2024. Corea del Sur, Japón y Bélgica completan los cinco primeros puestos.
Sin embargo, el panorama global es complejo, ya que a pesar de ser el mayor productor mundial, las restricciones comerciales han impedido a China ocupar una posición más alta en este ranking, relegándola al noveno lugar.
Competitividad
De acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) el 2023 es el primer año que supera la producción de 100 mil autos eléctricos. El crecimiento exponencial de las exportaciones mexicanas de vehículos eléctricos se enmarca dentro de un panorama global en auge.
Las importaciones estadounidenses de autos eléctricos aumentaron un 36.1% en el primer semestre de 2024, alcanzando los 11,952 millones de dólares, impulsadas por una mayor conciencia ambiental, incentivos gubernamentales y mejoras en la infraestructura de carga. México, aprovechando esta tendencia, ha logrado posicionarse como un jugador clave, contribuyendo significativamente a satisfacer la creciente demanda del mercado norteamericano.