Ciudad de México. Las perspectivas económicas para México se han deteriorado significativamente, según la OCDE – Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico-, que redujo su pronóstico de crecimiento del 2.2% al 1.4% para este año y del 2% al 1.2% para el próximo, de acuerdo con el último informe sobre “Perspectivas Económicas de la OCDE, septiembre 2024“.
La desaceleración económica global se ha reflejado en un enfriamiento de los mercados laborales a nivel mundial, incluyendo países como Japón, Corea, México, Turquía, Sudáfrica y Estados Unidos.
Esta tendencia, junto con la moderación de la demanda, ha llevado a la OCDE a reducir sus previsiones de crecimiento para México al 1.4% en 2024 y al 1.2% en 2025. A pesar de mantener sus proyecciones para Estados Unidos en 2.6% para 2024, la OCDE las ha reducido al 1.6% para 2025, lo que podría impactar indirectamente la economía mexicana.
La economía mundial muestra una imagen mixta
Si bien la producción global ha demostrado resiliencia y la inflación ha continuado moderándose, el crecimiento ha sido desigual entre las principales economías. Mientras países como Estados Unidos, Brasil, India, Indonesia y el Reino Unido han registrado un desempeño sólido, Alemania ha mostrado debilidad y Argentina ha experimentado una contracción.
Según el Secretario General de la OCDE, Mathias Cormann, la economía mundial está experimentando un cambio de rumbo, con una inflación a la baja y un sólido crecimiento del comercio.
Incertidumbre mundial
La OCDE ha advertido sobre varios riesgos que podrían afectar la economía mundial en el corto plazo. Entre ellos destacan: el impacto potencialmente mayor de lo esperado de una política monetaria restrictiva sobre la demanda, la posibilidad de que la inflación se desvíe de su trayectoria descendente, y las persistentes tensiones geopolíticas, como la guerra en Ucrania y los conflictos en Oriente Medio, que podrían reavivar las presiones inflacionarias y perturbar la actividad económica global.
La demanda laboral global se ha enfriado, reflejándose en una desaceleración del crecimiento del empleo en países como Japón, Corea, México, Turquía, Sudáfrica y Estados Unidos.