México. El reciente impuesto aprobado por el Congreso mexicano, que cobrará us $42 dólares (alrededor de 860 pesos mexicanos) por pasajero de cruceros que arribe a puertos del país, ha generado una fuerte reacción de la industria de cruceros. Mientras algunos empresarios locales lo consideran justo, representantes de las principales compañías de cruceros aseguran que la medida encarecerá los destinos nacionales y afectará su atractivo frente a otros puertos del Caribe.
“Es justo que paguen, pero es importante que ese dinero se use correctamente para promover al país y mantener el flujo turístico”, señaló Pablo Azcárraga, empresario hotelero. Según datos oficiales, si los más de 10 millones de viajeros que llegan en cruceros anualmente pagaran este impuesto, el gobierno recaudaría aproximadamente 420 millones de dólares (8,400 millones de pesos).
Durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, los recursos generados por el Derecho de Visitante sin permiso para realizar actividades remuneradas (DNR) se destinaron a megaproyectos como el Tren Maya. Ahora, bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, el nuevo cargo busca recaudar más ingresos, pero enfrenta críticas por la falta de diálogo con la industria y su implementación acelerada, prevista para entrar en vigor en tan solo un mes.
Michele Paige, directora general de la Asociación de Cruceros de Florida y el Caribe (FCCA), calificó el impuesto como una decisión unilateral que podría sacar a México del mapa de destinos favoritos. Paige afirmó que el turismo de cruceros en México sería un 213% más caro que el promedio de otros puertos caribeños.
“Este aumento imprevisto de impuestos no da tiempo a los turistas para planificar sus viajes ni a las empresas para ajustarse a los nuevos costos, lo que impactará negativamente en la demanda”, destacó Paige. Agregó que las líneas de cruceros priorizan los intereses de sus clientes y no pueden absorber el impuesto adicional sin afectar sus itinerarios.
Además, la directora de la FCCA advirtió sobre una posible caída en el número de turistas de cruceros que llegan a México, lo que disminuiría el impacto económico de esta industria. Actualmente, el turismo de cruceros representa alrededor de mil millones de dólares (más de 20,000 millones de pesos) en gasto directo anual, genera más de 20,000 empleos y aporta 200 millones de dólares (más de 4,000 millones de pesos) en salarios.
Puertos como Cozumel, Los Cabos, La Paz y Mazatlán son algunos de los principales afectados, pues compiten directamente con destinos caribeños. La implementación del nuevo impuesto, sin un plan claro sobre su uso o beneficios para la industria, podría desincentivar la llegada de turistas y redirigir el flujo a otros países.
“El gobierno no ha mostrado disposición para dialogar sobre el impacto de este impuesto en la industria. Menos turistas implican menos ingresos para las comunidades locales y una reducción en los empleos vinculados al turismo”, concluyó Michele Paige.