México amplía el Puerto de Manzanillo para fortalecer su posición en el comercio global

El gobierno de México impulsa la expansión del Puerto de Manzanillo, el más grande del país, con una inversión de us$3.243 millones, con el objetivo de procesar hasta 10 millones de TEU antes de 2030, en un contexto marcado por tensiones comerciales y desafíos económicos internacionales.
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México inició una ambiciosa ampliación del Puerto de Manzanillo, ubicado en la costa del Pacífico, con el objetivo de convertirse en el principal centro logístico marítimo de América Latina. La obra, gestionada por la Armada de México, busca llevar la capacidad de la terminal a 10 millones de TEU (unidades equivalentes a veinte pies) para el año 2030.

Actualmente, Manzanillo es el puerto más grande de México y el tercero de América Latina, con un movimiento de casi 4 millones de TEU en 2024, solo superado por el puerto de Colón en Panamá y el de São Paulo en Brasil.

La inversión proyectada de us$3.243 millones se enmarca en el plan de infraestructura de la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, y se presenta como un eje central para enfrentar la desaceleración económica.


El «Plan México» y el papel de los puertos

El megaproyecto es parte del «Plan México», una iniciativa público-privada que busca dinamizar la economía nacional mediante la modernización de infraestructura estratégica, especialmente en puertos y transporte logístico.

En un documento oficial publicado en abril, el gobierno destacó que el éxito del plan depende en gran medida de la eficiencia de los puertos, siendo Manzanillo clave para las exportaciones e importaciones del país.

Pese al escenario internacional incierto, Sheinbaum rechazó los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que anticipó una contracción del 0,3% del PIB mexicano en 2025, atribuido al impacto de los aranceles impuestos por Estados Unidos.


Comercio marítimo resiliente pese a los aranceles

A pesar de las tensiones comerciales impulsadas por la administración de Donald Trump, las operaciones en Manzanillo no han reportado impactos significativos. Según Julieta Juárez, gerente de comercialización del puerto, la mayoría de las importaciones provienen de Asia y están destinadas a la industria nacional.

«En este momento no tenemos un impacto como tal de los aranceles estadounidenses y, a futuro, no visualizamos todavía que vaya a haber un impacto importante», afirmó Juárez.

La expansión también contempla mejoras en la infraestructura para hidrocarburos, consolidando a Manzanillo como un nodo logístico integral. La obra está programada para concluir hacia el final del mandato de Sheinbaum, en 2030.