México. Por primera vez, cinco autopistas mexicanas operadas por Aleatica han obtenido la certificación internacional del Programa Internacional de Evaluación de Carreteras (iRAP). Estas son: el Viaducto Bicentenario, la Autopista Urbana Norte, el Libramiento Elevado Puebla, la Vía Rápida Poetas y la carretera Atizapán-Atlacomulco. Este reconocimiento establece un estándar de tres estrellas o más en seguridad vial, buscando reducir accidentes fatales.
Para alcanzar este reconocimiento, Aleatica invirtió us $170 millones entre 2020 y 2024. «Nuestro objetivo no era solo cumplir, sino transformar nuestras vías en infraestructura ‘perdonadora’, capaz de minimizar la gravedad de los accidentes», explicó Bosco Martí Ascencio, presidente de la Fundación Aleatica para la Seguridad Vial.
Entre las mejoras implementadas se incluyen:
- Instalación de sistemas de contención.
- Mejoras en la señalización vertical y horizontal.
- Implementación de bandas alertadoras.
- Reducción de velocidades en tramos críticos.
Como resultado de estas medidas, Aleatica logró reducir en un 30% la siniestralidad grave y fatal en las autopistas certificadas en comparación con 2023. «La infraestructura es clave para prevenir accidentes. Carreteras bien diseñadas no solo reducen los riesgos, sino que salvan vidas», destacó Edgar Zamora Murillo, representante regional de iRAP.
La certificación de iRAP alinea a México con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, que establecen que para 2030 al menos el 75% de las carreteras principales deberán alcanzar un estándar de tres estrellas o más. «La seguridad vial no es opcional, es una responsabilidad compartida», afirmó David Díaz, CEO de Aleatica.
El Gobierno mexicano también ha impulsado el programa MexiRAP, una iniciativa nacional en colaboración con iRAP para evaluar y mejorar la seguridad en más de 50,000 kilómetros de carreteras. «Es un enfoque preventivo que nos permite anticiparnos a los problemas», explicó Juan Manuel Mares Reyes, director ejecutivo de la SICT.
iRAP utiliza una metodología basada en evidencia científica para identificar riesgos y proponer mejoras en infraestructura vial. Su sistema de clasificación por estrellas evalúa la seguridad para conductores, motociclistas, ciclistas y peatones. Aunque el proceso de certificación requiere una inversión significativa, los beneficios en la reducción de accidentes y fatalidades justifican ampliamente los costos.