Iberdrola ha completado con éxito la venta de 13 plantas de energía eléctrica en México, marcando un hito significativo en su estrategia de negocio. Esta operación, valuada en más de 6,200 millones de dólares, representa un importante paso en la reestructuración de su cartera de activos en el país.
La transacción, que involucra alrededor del 55% del negocio de Iberdrola en México hasta el año pasado, ha sido recibida con interés por parte de analistas y observadores del mercado energético.
La empresa asegura la continuidad laboral de los 460 empleados asociados a estas plantas, quienes serán integrados al fideicomiso liderado por Mexico Infrastructure Partners, gracias al respaldo financiero del Fondo Nacional de Infraestructura de México (Fonadin) y otras entidades financieras públicas y privadas.
La decisión de Iberdrola de conservar su actividad con clientes privados y proyectos renovables en México refleja su compromiso continuo con el país y su estrategia de crecimiento sostenible. La empresa tiene la intención de seguir invirtiendo en activos eólicos y solares para expandir su presencia en el mercado energético mexicano en los próximos años.
Sin embargo, la venta de estas plantas no ha estado exenta de condiciones. El Gobierno Federal ha establecido la necesidad de evitar situaciones monopólicas en el mercado energético, según lo indicado por la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece). Se espera que el Fonadin y Mexico Infrastructure Partners implementen medidas para garantizar la competencia en el sector y evitar la concentración de la infraestructura en manos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En palabras de JP Morgan: “Se trata de un acuerdo positivo para Iberdrola, ya que permite una flexibilidad significativa en la gestión de su balance y de su importante capital. La ganancia debería crear la oportunidad de registrar provisiones adicionales para futuras reestructuraciones y/o amortizaciones en los valores de los activos que podrían resultar en una menor D&A en años futuros”.
La venta de estas plantas eléctricas marca un importante capítulo en la historia de Iberdrola en México, al tiempo que refuerza su compromiso con el desarrollo sostenible y la competitividad en el sector energético del país.