Monclova, municipio localizado en el centro este del estado de Coahuila. Altos Hornos de México (AHMSA), la que alguna vez fue la siderúrgica más grande del país, enfrenta su momento más crítico. La empresa considerada un pilar económico en la región, está al borde de la quiebra y busca desesperadamente inversionistas para reactivar sus operaciones y salvar los empleos que dependen de su funcionamiento.
Con la última prórroga en su proceso de Concurso Mercantil ya concluida, AHMSA se prepara para entrar en fase de quiebra. En esta etapa, un síndico asignado por el Instituto Federal de Especialistas en Concursos Mercantiles tomará el control de la compañía, una situación que parecía inevitable desde que en abril del año pasado la empresa fuera declarada en quiebra en el Diario Oficial de la Federación tras la rescisión de un convenio de pagos relacionado con la compraventa de la planta de Agronitrogenados.
En medio de esta crisis, AHMSA lleva a cabo un proceso activo para atraer tanto a inversionistas nacionales como extranjeros. Hasta ahora, la empresa ha entablado conversaciones con siete posibles interesados, de los cuales dos ya han realizado visitas de debida diligencia. Se espera que se lleven a cabo más visitas para evaluar el estado de los activos y determinar la viabilidad de reactivar la operación.
La situación actual de AHMSA es consecuencia de una serie de eventos que se remontan a 2013, cuando la estatal PEMEX adquirió la planta chatarra de Agronitrogenados en un acuerdo polémico que involucró a Alonso Ancira, entonces presidente de AHMSA, y a Emilio Lozoya, director de PEMEX en ese momento. La Auditoría Superior de la Federación determinó en 2019 que el costo de la transacción había sido inflado, lo que resultó en la detención de Ancira en España y, posteriormente, en su extradición a México.
Aunque Ancira alcanzó un acuerdo reparatorio, comprometiéndose a pagar 216 millones de dólares, la compañía ha enfrentado dificultades para cumplir con estos pagos. Hasta ahora, solo ha realizado dos pagos, dejando un saldo pendiente de más de 100 millones de dólares, cuya fecha límite de pago se ha extendido hasta noviembre de 2024.
El futuro de AHMSA depende ahora de su capacidad para atraer la inversión necesaria para reanudar operaciones y evitar la quiebra definitiva. La empresa, que alguna vez fue símbolo de prosperidad en Monclova, enfrenta ahora su desafío más grande: sobrevivir.