México. El decreto original, instaurado bajo la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, buscaba incentivar la compra de vehículos eléctricos mediante la reducción de costos de importación, promoviendo así una movilidad más sostenible en el país. Durante este período, se observó una disminución significativa en los precios de estos vehículos, con algunos modelos disponibles por debajo de los 400,000 pesos, lo que contribuyó al aumento en su adopción.
Eugenio Grandio, presidente de Electro Movilidad Asociación, A.C. (EMA), aclaró que la exención arancelaria no estaba destinada específicamente a vehículos de origen chino, sino que tenía como objetivo beneficiar a todos los fabricantes de autos eléctricos globalmente. «No es que haya sido un incentivo pro-China. Fue un incentivo pro-eléctricos. Era para todos los vehículos eléctricos importados de cualquier parte del mundo, aunque no tuvieran tratado de libre comercio», explicó Grandio.
Gracias a esta política, la venta de vehículos eléctricos en México creció del 0.5% al 1% del total de ventas, con una oferta que se amplió a aproximadamente 60 modelos eléctricos. Marcas chinas como JAC, BYD, SEV y MG, junto con otras que producen en China, como Volvo, BMW y Renault, han sido las principales beneficiarias de la medida.
Con el fin de la exención arancelaria, México enfrenta el desafío de equilibrar el impulso hacia la electromovilidad con el fortalecimiento de su relación comercial con Estados Unidos. La EMA ha solicitado reuniones con la nueva administración de Claudia Sheinbaum, quien asumirá la presidencia en octubre, para discutir alternativas que aceleren la transición hacia una movilidad más sostenible. Entre las propuestas se encuentran la extensión de la exención arancelaria, la instalación de más estaciones de carga y la promoción de vehículos eléctricos frente a otras tecnologías.
Ante la eliminación de este beneficio, algunas marcas ya están ajustando sus estrategias. Volvo, por ejemplo, planea subsidiar los precios de sus modelos eléctricos para mantener su competitividad, mientras explora la posibilidad de trasladar parte de su producción a Europa para aprovechar las preferencias arancelarias bajo el Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea.
Por otro lado, Zeekr, una marca del Grupo Geely, ha decidido mantener su producción en China, confiando en la eficiencia y economía de escala de sus plantas para ofrecer precios competitivos. Edgar Suárez, country manager de Zeekr en México, afirmó: «No vamos a sacrificar el producto para atender movimientos de geopolítica. Aunque tengamos este arancel, seguiremos siendo competitivos».