El comercio mundial se encuentra en una situación crítica, azotado por una «tormenta perfecta» de tres crisis simultáneas:
1. Disrupción de las rutas en Ucrania: La guerra en Ucrania ha bloqueado puertos clave y ha dificultado el transporte de productos agrícolas y otros bienes esenciales.
2. Cierre virtual del Canal de Suez: Los bombardeos en el Mar Rojo han elevado el riesgo para el tránsito marítimo, lo que ha provocado una reducción significativa del tráfico.
3. Drástica disminución del tráfico en el Canal de Panamá: La sequía en la zona ha reducido el nivel del agua, limitando la capacidad del canal y causando un 36% menos de tráfico que el año anterior.
Jan Hoffman, jefe de la división de tecnología en la UNCTAD, ha alertado sobre las graves consecuencias de esta crisis:
- Aumento de precios: El transporte marítimo se ha vuelto más costoso debido a la congestión, los desvíos y el aumento del riesgo. Esto se traduce en un aumento de los precios de los productos básicos y de consumo para los consumidores finales.
- Escasez de productos: La interrupción de las cadenas de suministro ha provocado escasez de ciertos productos en algunos países.
- Retrasos en la cadena logística: La crisis está provocando retrasos en la entrega de bienes, lo que afecta a la economía global.
- Mayor inflación mundial: La combinación de estas crisis podría generar una mayor inflación en todo el mundo.
Hoffman explicó que el Canal de Panamá tiene actualmente un 36 % de menos de tráfico que el año anterior, y un 62 % menos que el previo debido a la caída del nivel del agua por la sequía en la zona, es decir, por causas ligadas exclusivamente al cambio climático.
A esta crisis, sin un final a la vista, se ha sumado la tensión en el mar Rojo, por donde transita un 20 % de los contenedores del mundo y vital para la conexión entre Europa y Asia. En estos momentos, el tránsito de contenedores ha caído un 67 % comparado a un año atrás, y dado que son los grandes portacontedores los más afectados, el impacto en el volumen total de mercancías supone un porcentaje aún mayor.
Los cargueros que transportan petróleo son ahora un 77 % menos que hace un año, y los que transportan gas -que sufrirían de manera más aparatosa un eventual disparo contra sus depósitos- han evitado por completo la ruta del mar Rojo desde el 16 de enero, precisó Hoffman.
Esta bajada drástica del tráfico se está reflejando en un aumento de precios -por estacionamiento imprevisto o por un mayor riesgo asumido por las aseguradoras- en grandes puertos como el de Shangai, donde los precios para las la navieras han subido un 122 % en general, entre diciembre y el pasado viernes, porcentaje que sube a 256 % en el caso de barcos que van a Europa.