Lorena Barreto
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En entrevista con Stornia-5Días, Giorgio Trettenero Castro, secretario general de Felaban, pone sobre la mesa los temas pendientes que la banca debe analizar a fondo, en un momento en que la digitalización y la irrupción de la inteligencia artificial demandan un mayor rigor de los bancos en la conformación de sus políticas operativas.
Para el representante de la Felaban, el consumidor financiero debe ser protagonista del proceso de transformación de la industria, con políticas que lo protejan, una apertura de datos que empodere su toma de decisiones, y una digitalización que permita a todos tener a su alcance servicios financieros prácticos y seguros. Además de asuntos como la protección y la apertura al open data, Trettenero mencionó que la competitividad del sector en este escenario será de mucha importancia durante la Asamblea.
El último informe de la Felaban sobre el sistema bancario de América Latina, señala que en la actualidad operan alrededor de 533 entidades bancarias, lo que representa una disminución de tan solo 1% interanual y equivalente a tres bancos menos respecto al año anterior.
En una ventana de tiempo más amplia, el número de entidades bancarias en América Latina ha experimentado una leve disminución del 2% en los últimos cinco años, con una reducción de diez bancos desde marzo de 2018. Colombia se destaca como el país con el mayor crecimiento en este sector, sumando cuatro nuevas entidades y alcanzando un total de 30 bancos. En contraste, Panamá ha registrado la mayor caída en el número de bancos, con una disminución de ocho, situándose en un total de 40 entidades. Este cambio refleja tendencias divergentes en la región en cuanto al desarrollo y consolidación del sistema bancario.
El informe muestra, además, el avance en la profundización financiera en América Latina, con los indicadores de Crédito/PIB y Depósitos/PIB alcanzando 47.6% y 51.8% al cierre del primer trimestre de 2024, recuperándose desde el mínimo de junio pasado. Para Trettenero, “este número aún resulta ser pequeño para atender las necesidades de financiamiento de los agentes económicos de la región”.
En los últimos cinco años, destacan el crecimiento de Crédito/PIB en Honduras y México, con aumentos de 11.8 y 10.1 puntos porcentuales, respectivamente. E
¿Qué oportunidades se abren para Latinoamérica ante el ciclo de normalización de las tasas en los principales bancos centrales del mundo?
La normalización de las tasas de interés responde al proceso de reducción gradual de la inflación en casi todas las latitudes. Esto es una condición necesaria para que el fondeo y suministro de nuevo crédito pueda brindarse a precios mucho más competitivos. Sin embargo, hay que decir que todo depende del comportamiento de la inflación, y la relación que exista entre demanda agregada, crecimiento potencial y la presentación de choques adversos a las cadenas de suministro global de procesos manufactureros. El crédito puede fluir, pero ante choques inflacionarios adversos o desalineación de las expectativas de precios, la situación puede cambiar. Un ejemplo de eso lo muestra el Banco Central de Brasil que en los últimos 3 meses ha vuelto a incrementar sus tasas de interés de política monetaria en 2 ocasiones.
Aún con los riesgos mitigados, ¿existen peligros puntuales que podrían amenazar a la estabilidad de precios de la región?
Factores de oferta tales como problemas en el transporte, cierres forzados de vías, problemas de seguridad, bloqueos, paros son factores que complicarían las cadenas internas de suministro. Por supuesto los problemas climáticos lucen como un riesgo alto. Mientras que en Sudamérica actualmente se enfrentan problemas de sequías y ausencia de lluvias, en Centro América los problemas de huracanes e inundaciones han sido el dolor de cabeza. Todo esto afecta el suministro agrícola, las cosechas, la pesca y el normal desarrollo de las actividades ganaderas. Otro punto importante asociado con el anterior son los precios de la energía eléctrica. En unos casos dependientes del clima, en otros porque es necesario incurrir en mayores costos para la generación eléctrica. Todos son riesgos que de una u otra manera pueden impactar la inflación.
La profundización financiera en América Latina ha mostrado un repunte significativo en los últimos años, ¿qué factores impulsaron este crecimiento en la región?
Debemos decir que la profundización financiera se mantiene en promedios de 44 y 45% del PIB en América Latina. Este número aún resulta ser pequeño para atender las necesidades de financiamiento de los agentes económicos de la región. Si a esto sumamos que los mercados de capitales son pequeños y pocos desarrollados y no tenemos desarrollada la industria del capital de riesgo, el resultado es que se generan restricciones para la financiación. Esto lleva a condiciones donde la financiación se restringe a los mejores perfiles de riesgo, generando un proceso que la literatura financiera denomina como selección adversa. Los mercados financieros en general requieren estabilidad macroeconómica, estabilidad financiera, construcción de infraestructura para que los mercados, y reglas del juego claras. Temas como los relacionados con las cargas impositivas, la protección de datos personales, y, la educación y orientación financiera son también importantes en este contexto.
¿Cómo ve a Paraguay en estos indicadores clave? ¿Considera que el nuevo rating de Grado de Inversión podría potenciar su economía y, en consecuencia, al sector bancario?
La calificación de riesgo sana es un paso importante para una economía. Esto por supuesto, implica profundas responsabilidades a la hora de administrar y mitigar el riesgo financiero. Desde el punto de vista de un país la situación de las finanzas públicas y la trayectoria de la deuda son variables que tienen profundas implicaciones para todos. Desde el punto de vista empresarial una mejor calificación de deuda implica que las empresas privadas, dentro de las que cuento al sector financiero y bancario tengan que atender con mucho mas rigor el trabajo que hacen examinar los perfiles de riesgo financiero de la economía. Transparencia en los procesos, capacitación y apuestas por un entorno económico más seguro y estable son fuentes para mantener una deuda crediticia en buena nota.
¿A qué responde el incremento de las utilidades de los bancos de la región? ¿cuáles son los puntales de crecimiento?
La economía regional sufrió un profundo impacto con la recesión 2020-2021. El repunte de las variables como el consumo de los hogares en el periodo 2023-2024 ha sido importante para que la economía tuviera un mejor desempeño. En algunos países esto ha venido acompañado de inversión privada y mejores perspectivas en el sector del comercio internacional. La reducción de costos por la vía de mejores canales para la transaccionalidad (principalmente los digitales) han contribuido en las hojas de balance. Igualmente, esperamos que la reducción de tasas de interés genere un mejor impulso al crédito, para aquellos nuevos proyectos que exigen financiación fresca. La situación del sector bancario en general siempre está vinculada a lo que ocurra en la economía. Por eso, el actual momento de desaceleración económica en la región es motivo de preocupaciones para toda la comunidad financiera.
Para la Felaban, la aplicación de la inteligencia artificial es un tema que debe ser abordado con seriedad por los actores del sistema, ¿qué desafíos enfrentan bancos de la región en este sentido y cómo pueden apoyarse en las nuevas tecnologías?
Hay que decir que cualquier avance tecnológico es motivo de desafíos para el sector empresarial que quiere estar a la vanguardia. De acuerdo con CEPAL la región tiene rezagos en este tema porque tenemos una infraestructura digital rezagada y temas como la conectividad 5G lucen hoy atrás en relación con otras regiones del mundo. Igualmente, tenemos pocas firmas nativas de la región que estén produciendo avances propios en los temas de Inteligencia Artificial. Esto hace que se tenga que recurrir a tecnologías de países ricos con unos costos muy superiores. Es necesario mejorar en temas tales como la disponibilidad de datos, infraestructura, capacidad de cómputo, y talento humano son algunos factores que determinarán quienes avanzan más rápido en el tema.